Reflejos de un corazón/ Por: Juan Torito Ramírez

Opinión

El valor de una madre

Nunca me había puesto a dimensionar el gran valor de una madre, una madre especial, si esas madres que la sociedad llama solteras. Que absurdamente les pusimos un título, pero donde un estado civil no te quita, ni te da más, simplemente eres madre. Son madres con sus hijos y son muy chingonas.

Y a ellas están dirigidas estas líneas, si a ti mujer, que conociendo tu historia quiero contarla. Esa historia donde pudiera ser igual ala de muchas otras mujeres, pero con circunstancias y escenarios distintos. Donde te hartaste, de vivir una historia tan infeliz y sin ningún sentido, algunas veces rutinaria y sin color. Historias llenas de violencia tanto física como emocional, donde lo más grave fue creer que era normal, creer que el aguantar era parte del amor, creer que no merecías algo mejor, que no merecías sentirte una mujer plena y libre. Historias donde creíste tener el hogar y la familia perfecta, pero nunca fuiste valorada, admirada o amada por esa persona que estuvo a tu lado.

Pero no escribí para recordar el pasado y que sientas dolor, sino todo lo contrario para que te sientas orgullosa y admires como fue tu reconstrucción, tu reinvención, y la renovación de tu alma, de tu corazón y tus sueños. Se que ha sido un paso muy importante, una decisión que marcó el rumbo de tu vida y la de tu familia. Se que no fue fácil, sé que hubo miedos, sé que hubo días donde creíste no poder, donde mirabas los problemas y pensabas que nunca acabarían, mirabas al cielo y te preguntabas porque la vida es tan cruel, tan injusta y con tanto sufrimiento. Te causaba miedo e incertidumbre como educarías a tus hijos, como le harías para sacarlos adelante, pagar escuela y al mismo tiempo llevar comida a la mesa. Instantes dónde te miraste al espejo y con lágrimas en los ojos decías no puedo.

Pero a pesar de tener muchas cosas en contra, nunca, pero nunca te rendiste, nunca tiraste la toalla. Porque detrás de ti, tenías esas personitas que te han visto llorar, reír o sonreír, y que lo único que anhelan es que su madre sea eterna. Porque eres su refugio, su paz, su tranquilidad, su esperanza, su motivación, su enfermera, doctora y superheroína, eres su sonrisa, su luz, su maestra, su ángel, su tesoro, eres su todo. Y el día de hoy es algo realmente chingo y poder coincidir en esta vida con madres como tú.

Poder charlar y conocer tu historia, admirar tu labor de madre, escuchar esa frase que dicen «mis hijos son mi todo, por ellos y para ellos trabajo», tal vez suene trillada, pero es un lema que no somos capaces de dimensionar esas palabras. Porque el amor de una madre, no sabe de sacrificios cuando la sonrisa de sus hijos es la paga.

Conocerte es decirle al mundo, es gritarle a la sociedad y ser ejemplo de muchas mujeres, que si se puede salir adelante tu sola, que si se puede educar y preparar buenos hijos tu sola, que si se puede darles estudios, que si se puede motivarlos y ayudarlos a cumplir sus sueños, sin que tus cortes tus alas. Que, si se puede mantener un hogar, y sobre todo que, si se puede luchar por una familia, sin tener huevos, pero si muchos ovarios.

Dame tu opinión que piensas o que es lo que sientes. GRACIAS MUCHAS GRACIAS. GRACIAS TOTALES.