Polvorín/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

Río Bravo, Tamaulipas: ejemplo nacional

Río Bravo, Tamaulipas, está en el ten top de la conducta ciudadana de resistirse a permanecer en casa. Es decir, el “Quédate en casa” del galeno Hugo López Gatell, no ha sido escuchado –o no atendido, que es peor– por mis paisanos. En descargo de ese estigma, que nos puso la mañanera de AMLO, comentaré algunos hechos que pueden explicar esa lamentable actitud:

1.- Denota, que la gran mayoría de los riobravenses, viven de su trabajo. Es decir: sus ingresos provienen de lo que con su jornal diario llevan a casa.

2.- Exhibe, que buena parte de familias de “mi pueblo querido” –como dice mi compadre Porfis Flores– viven de dólares que les llegan de gente que emigró a USA buscando la chuleta. Me explico: al bajar el envío de remesas, los beneficiarios –que ahora no lo son tanto– tienen que salir a buscar un reemplazo de esa lanita que hoy nomás no llega.

3.- Muestra, que los cientos de riobravenses que diariamente pasaban –está cerrada la frontera para los no ciudadanos– al sur de Texas a trabajar en diversos sitios –restaurantes, casas, gasolineras, tiendas, moles y otros– están tratando de incorporarse al mercado laboral local y compensar la mutilación de sus ingresos.

4.- Exhibe, finalmente, que mi recordado pueblo está formado por gente que no le saca la vuelta al trabajo. O sea: somos un municipio donde sus habitantes han hecho del trabajo, su religión, su cultura y su bullanguera forma de vida.

Pero no sólo en eso, somos ejemplo para muchos.

No señor.

También tenemos al doctor Rogelio Ramos Quiroga, riobravense que está al frente de los científicos que trabajan con el doctor López Gatell para darle en la madre al cornonavirus y sus estropicios en México. Como parte del Centro de Investigación de Matemáticas (CTMAT) delinea el modelo estadístico para que los médicos operen estrategias y liquidar ese horroroso virus.

Pero no sólo eso, al paisano Tallarín –así le decíamos en sus tiempos mozos cuando jugaba basquetbol en la Plaza Benito Juárez– le acompaña en su digna labor, su esposa Graciela González, también doctora en Matemáticas por la Universidad de Carolina del Norte, una de las más prestigiadas escuelas de USA.

Para quienes afirman que el gobierno de AMLO no ha atendido el problema de la pandemia con atingencia, diremos que el Tallarín y su matemática consorte, tienen trabajando en la construcción de modelos estadísticos desde principios de este año, para visualizar los impactos de la epidemia en la sociedad.

Mediante la Estadística, la Matemática y la Biometría –la medición estadística en poblaciones de seres vivos ante los impactos de variables internas y externas– ven el presente y el futuro de la presencia del virus en los diversos segmentos de la sociedad mexicana.

Las diversas fases –1, 2, 3– han sido instauradas por el comando médico que combate la pandemia, en estricto apego a los consejos de los sabios de la Matemática.

En otras palabras: los súper-poderes de López Gatell, en mucho están apuntalados por la metodología entregada por el Tallarín y su genial esposa.

Lo de la omisión del “Quédate en casa”, no es como para mostrar con orgullo.

Lo del brillante Tallarín, sí es de mucho presumir.

Finalmente, Río Bravo es un pueblo que no anda con medias tintas: vamos por el primer lugar, en todo.

Siempre.

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