¿Con quien va a gobernar Américo?

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

No se quiere un regreso al priismo. Seis años atrás, los electores tamaulipecos expresaron su rechazo a un partido que ya no respondía a las necesidades de la actualidad.

La elección del 2022 para la renovación del poder ejecutivo del Estado, la definió el rechazo al gobernador que marcó el debut y la despedida de los gobiernos panistas en Tamaulipas, sumado a la expectativa de replicar en la entidad, el gobierno del presidente López Obrador, que cuenta con muy elevados niveles de aceptación y popularidad en todo el país, incluyendo Tamaulipas.

A diferencia del proceso fundacional del PRD, en el que se integraron al partido muchos priistas que sintieron que el PRI ya no los representaba, -me refiero a la corriente nacionalista- y que fueron marginados de un partido en el gobierno, en el caso específico de morena y de Tamaulipas, al partido (morena) llegaron priistas (recién) derrotados, que estaban en la banca. El control del partido Morena en Tamaulipas lo tomaron los priistas que fueron impulsados por el dueño del PES en 2018 y por los panistas marginados por Cabeza de Vaca en 2021. La participación de militantes de partidos de izquierda en morena (Tamaulipas) es mínima, y sin ejercer cargos directivos ni tareas de gobierno.

Esa realidad de morena la puede, y creo la debe, cambiar el gobernador Américo Villarreal, un burócrata de la salud (y con esto pretendo describirlo, y no ofenderlo), más que político, que es beneficiario del esfuerzo, dedicación y sacrificio, de muchas mujeres y hombres que por muchos años lucharon por cambiar a una camarilla de gobernantes, los priistas, a la que por cierto perteneció el actual gobernador, y por supuesto, su padre.

Con quien gobiernas, influye necesariamente en como gobiernas y para quien gobiernas. Esto lo debe tener en cuenta el Doctor Américo Villarreal, y lo digo porque la pasarela de políticos por la oficina del gobernador electo, cuyo testimonio grafico lo podemos observar en las redes sociales del próximo mandatario estatal, nos dan indicios de una restauración del priismo.