Reflejos de un corazón/ Por: Juan Torito Ramírez

Opinión

La soledad no es algo triste

Y llego el momento, donde ella se dio cuenta que la soledad no es algo triste y deprimente, en su soledad descubrió y contemplo la grandisima dama que es, se enamoro de sus defectos y los hizo brillar.

Se dio cuenta, que el amor no se mendiga, que para poder palpar y sentir amor. Era necesario admirarse en un espejo, mirar cada detalle de ella y dejarse envolver por ese sentimiento de aceptación, de poder ver que es alguien fascinante y que sus sentimientos son una obra de arte.

La dama se dio cuenta que merece mucho más, merece cariño de sobra y no sobras de cariño. Merece alguien a su lado que contribuya a alcanzar sus metas, que la aliente a soñar, que sea un impulso y no un obstáculo. Merece simplemente a alguien a otro nivel.

Entendió que todas las palabras lindas del mundo son para ella, todos los días, a cada minuto, a cada segundo. Debe leerlas, escucharlas y escribirlas, no sólo cuando se quiere algo o se pida algo, las palabras lindas son para alagar, no solo cuando se quiere pedir perdón.

Se dio cuenta que no importaba el tamaño de sus ojos o de sus dientes, que si su sonrisa era perfecta o no, tampoco si su risa era escándaloza, ella sigue siendo perfecta . Dejó de darle importancia a la talla de su pantalón, a la medida de su estatura o a la apariencia de su rostro, porque ella sigue siendo hermosa .

Se dio cuenta, que ejercitaba su cuerpo y era muy lindo, todos la admiraban, pero también descubrió que no sólo necesitaba trabajar sus muslos o sus brazos, necesitaba fortalecer su autoestima, su identidad y sobre todo su dignidad.

Con el tiempo se dio cuenta que se había esclavizado a una rutina, a la monotonía de la vida, que ella misma corto sus alas, siempre por querer agradar a alguien, se dio cuenta que llegó a este mundo siendo libre, y su libertad no se negocia.

Se dio cuenta, que su carácter, sus talentos, sus dones, y todo aquello que la sociedad le señalaba que estaba mal en ella. No la hacía alguien mala o un desecho de la vida, fue hay donde descubrió que es una mujer auténtica, única e irrepetible, nadie como ella.

Se dio cuenta que el día que deje de soñar, habrá perdido su esperanza. El día que deje de amar, habrá perdido la humanidad de su corazón.

En un momento entendió, que ya había sufrido demasiado, que era tiempo de trascender, de luchar de aferrarse a lo que siempre a soñado y anhelado.

Se dio cuenta, que ya no era la misma, que después de tantas caídas, después de tantos golpes de la vida, era el momento de sonreír, de transformar aquello malo en algo positivo, porque todo ha sido una enseñanza.

En un instante se dio cuenta que lo que viste o calza, no la define como mujer. Que una mujer no es un ser ordinario, si no alguien extraordinario.

Llegó el momento donde entendió que debía brillar, que su luz era generadora de felicidad para ella y para quien la rodea. Se dio el valor que merece porque ella es alguien especial y le hacia falta al mundo. Es su momento, y nadie ni nada en la vida se lo va arrebatar. Porque solo tu eres dueña de como escribes tu historia.