EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Canavieiras, Brasil.- Un menor de 3 años pasó un año con un clavo incrustado en sus pulmones, estado que se extendió tanto tiempo por negligencia de los médicos.
Supuestamente, los doctores sólo se dedicaron a tratar los síntomas y no ordenaron exámenes; el pequeño falleció tras un episodio de bronconeumonía porque tenía ambos pulmones perforados: los progenitores denunciaron que su hijo murió por negligencia del Hospital Municipal de Canavieiras.
“Esa noche sentí que se ahogaba, le salió sangre de la boquita, inmediatamente lo llevé al hospital esa misma noche; al llegar, el médico miró y dijo que no había nada en la garganta”.
Fue llevado varias veces al centro de salud, siempre con el mismo dolor, pero con el tiempo los síntomas se volvieron más intensos.
“Seguía con fiebre, tosiendo mucho y desde hace algún tiempo, el dolor había comenzado a llegar en el lado derecho y continuaba caminando de lado; siempre lo llevábamos al hospital y sólo le daban medicamentos”, explicó Clarice “N”, mamá del menor.
Al ver a su hijo realmente grave, decidieron pagar un examen particular: los rayos X confirmaron que había un objeto extraño en el cuerpo y que debía ser operado de urgencia, pero falleció.
