Reflexiones sobre Ciudad Victoria

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

“… esta ciudad capital que ha sido todo el tiempo burócrata y académica. Nadamas vive del gobierno y vive de la actividad de la Universidad Autónoma de Tamaulipas …”

Américo Villarreal

Reconocer el problema o la situación que se vive, es un buen inicio para solucionarlo o para intentar un proceso de mejoramiento.

Lo digo pensando en las declaraciones del gobernador del Estado, residente por muchos años en la ciudad capital de Tamaulipas, en las que reconoce lo que (no) produce su ciudad y a lo que se han dedicado “todo el tiempo”.

También lo escribo recordando los intensos y, a veces, acalorados debates, que he tenido con amigos y compañeros victorenses, que me reclaman por mis opiniones coincidentes con la declaración, con sabor a confesión, de un individuo al que podrán acusar de muchas cosas, pero no de faltarle querencia a la ciudad donde vive y donde tiene sus afectos, sus querencias, sus intereses y sus difuntos.

Saber que nada tangible o material producen, (como ciudad), y reconocer que se dedican a la burocracia, es un buen inicio para buscar alternativas que les permitan diversificar sus tareas y ampliar sus actividades económicas.

La lógica nos dice que lo primero que deben ensayar, es hacer cada vez mejor lo que ya tienen como actividad principal. Por mi breve experiencia en el trato y/o observación con la burocracia de CDMX y Nuevo León, considero que los servidores públicos de Victoria tienen mucho campo para perfeccionar su desempeño.

En el caso de la universidad, me parece que aún tienen muchas áreas de expansión, a otras ramas del conocimiento (psicología, arquitectura, ingeniería civil, administración pública, economía, música, artes plásticas, filosofía, matemáticas, etc.), y desde luego tienen la oportunidad de crecer profundizando el conocimiento y la investigación, y aquí me refiero básicamente a los programas de posgrado, maestría, doctorado e investigación. Si los directivos universitarios se empeñan en concentrar las actividades en la capital y se resisten a crecer en las ciudades del norte, lo menos que esperamos es que crezcan y desarrollen el campus Victoria.

La industrialización de Victoria es un sueño largamente acariciado por muchos habitantes de la capital y por algunos gobernantes que han destinado dinero público en busca de materializar ese sueño. Una prueba de lo que escribo es el parque industrial abandonado desde los años ochenta y el parque “tecnológico” en donde el Geño pensó instalar una sucursal de la NASA.

A los victorenses les recuerdo la frase que señala “ten cuidado con lo que deseas, porque se te puede hacer realidad”, y la industrialización con la modalidad de la maquiladora, tiene muchos aspectos negativos, que reducirían sensiblemente la calidad y el estilo de vida que hoy tienen.

Pienso que el turismo y los servicios son las actividades complementarias más apropiadas para Ciudad Victoria. Porque ya tienen muchos visitantes que acuden a la capital para hacer trámites burocráticos, que podrían prolongar su estancia o hacerse acompañar por otras personas, si hubiera centros recreativos, de diversión, espectáculos deportivos, etc.

Para usar un ejemplo de los que mucho gustaban a Francisco N, tomando como modelo al muy rico y diversificado económicamente Estado de Texas, Victoria puede aspirar a parecerse a Austin (capital) y a San Antonio (capital turística de Texas).

Solo para ilustrar el ejemplo, les diría que Ciudad Madero sería Houston; Río Bravo sería el Valle; Tampico sería Corpus Christy y Galveston, etc.

Para terminar, reitero mi queja por el centralismo que también en Tamaulipas padecemos (los que lo padecemos, pues hay quienes lo gozan), reafirmo mi creencia de que por muchos años, los que han partido, repartido y se han quedado con la mejor parte, son los victorenses y es Victoria.

Eso les ha resuelto muchos de sus problemas, pero les ha generado una dependencia del erario estatal, que los obliga a apropiarse injustamente del ahorro de todos los tamaulipecos.

Creo que es buen tiempo para que los victorenses reflexionen sobre su futuro y encuentren la ruta apropiada para la diversificación de su economía y para mejorar sus condiciones de vida.

Agenciarse la parte del leon y vivir de lo que producen otros, no lo pueden hacer por siempre. El ciclo del descontento en las regiones desatendidas, se puede repetir en otro Cabeza de Vaca , o en uno realmente peor, para sus intereses, otro que en verdad los odie.

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