Por René Mondragón
PREDECIBLE
El presidente no es tonto. Tiene muchos defectos pero ese no. El asunto es que su resonancia emotiva es tan elemental y primaria que, se vuelve patéticamente predecible.
Es fácil hacerlo enojar. Se vuelve iracundo y monta en un dramatismo sensacional, digno de los terribles personajes de Stephen King o de las canciones de Paquita la del Barrio. Basta tocar el botón apropiado para que su bilis detone y lo transporte a un Nirvana donde solo él se escucha, se comenta y se lanza loas para justificar acciones poco pensadas, menos reflexionadas y que usualmente lo conducen a cometer errores fuertes que ninguno de sus cercanos se atrevería a señalar.
A cada acción u omisión que considera como golpeteo hacia su persona, la respuesta es desproporcionada, extrema, vengadora, vociferantativa y hablantosa.
No puede quedarse con nada que le suene ofensa o contradicción a lo que él determina. Y la reacción no se deja esperar. Visto así, el mero anuncio de la marcha en defensa de la democracia y del INE fue recibido como una ofensa grave a sus designios. Por ello también, cinco días al hilo, repletos de denostaciones, epítetos, desprecios, minimización de hechos, acusaciones sin fundamento y desafíos folclóricos, que incluyen la descalificación de sus fans.
Así sucedió con el muy desafortunado comentario de la señora Sheimbaum al referirse a la Fórmula 1 como un “evento fifí”; o con la balconeada que le pusieron a Martí Batres y sus dramáticamente rupestres estimaciones de 10 mil asistentes a la marcha a favor de la democracia. La desmentida llegó de parte de Google.
PLAN “B” y PLAN “C”
La herida infringida a la 4T, como dijo Germán Martínez, fue mortal. La respuesta del mandatario tendría, entonces, que ser espectacular.
Por eso la amenaza de enviar otras iniciativas que, aunque no modifiquen la Constitución, de todas formas, logren las reformas que el presidente quiere. Pregunta obligada: Si en verdad se puede asegurar la “reforma” como lo anuncia en el plan B, ¿por qué no haberlo hecho así, “desdendenantes”?
Ahí es en donde aparece el Plan C. El mandatario convocará -así lo anunció- a una marcha “de millones” de personas, para el 27 de noviembre y como parte de la misma coreografía, se realizará algo que pretende asemejase a un informe… de algo.
La puesta en escena es fácilmente previsible, porque como ya se señaló en el púlpito mañanero, «Muchos quieren venir, de todo el país, a participar, este es un movimiento de millones» lo que significa que Adán Augusto prepara ya la logística durante sus giras. Correrá, sin duda, dinero a manos llenas, tortas, refrescos, gorras, matracas y playeras, aunque algunos solo quieran mentarle la madre a “masiosare” porque es un extraño enemigo.
PROBABLEMENTE
Estos anuncios indican que los mexicas disfrutarán de todo el jolgorio y la hospitalidad de los habitantes de la ciudad capital, desde el 27 de noviembre hasta el primero de diciembre. O sea, feliz estancia. Por cierto, al final de la movilización habrá otra tanda de palabrería sobre el estado de una vapuleada nación. En fin.
También, como es costumbre desde hace cuatro años, “la gente quiere que marchemos un domingo, va a ver una marcha (sic) que voy a encabezar… para que no nos dé mucho el sol” Claro está, se trata de ver si la gente está contenta con la transformación. ¡Faltaba más!
