AL VUELO/ Por Pegaso

Opinión

Pulga

Un chiste muy viejo: Ayer se dio a conocer lo que sería el primer matrimonio gay entre personajes del futbol. Miguel “El Piojo” Herrera se va a casar con Lionel “La Pulga” Messi.

Para quien no le entendió, hay una canción que canta Pedro Infante llamada “La Boda del piojo y la Pulga”, que dice más o menos así: “El piojo y la pulga/ se van a casar/ y no se han casado/ por falta de pan./ Tirolo, tiro, tiroliroliro, tirol, tiro, tirolirolá.”

Messi, el mejor jugador del mundo, con logros futbolísticos que superan incluso a figuras legendarias como Pelé, Maradona y Croift.

Antes del juego con Francia, había una gran expectativa: Messi contra Mbappé, el caballo viejo contra el joven. La lucha simbólica entre el padre y el hijo.

Porque a pesar de tener apenas 35 años, en ese deporte de alto rendimiento se considera “maduro” a un jugador que supera los 30 años, “viejo” al que pasa de 35 y “veterano” al que llega a los 40 años jugando.

Es como un coche nuevo cuando se destina a las carreras de Fórmula 1: En poco tiempo se desgasta el motor.

Y mientras Messi llegó a la cúspide de su gloria, con casi todos los récords batidos dentro de este deporte, la figura de un joven Mbappé se yergue como digno sustituto entre la élite mundial.

La despedida de “La Pulga”, ayer, fue épica. Los principales periódicos consideran el juego entre ambas selecciones como “El Partido del Siglo”, y no es para menos porque, la verdad, estuvo cardíaco.

Durante el primer tiempo, Argentina dominó completamente, marcando dos goles, uno de ellos de penal por parte de Messi.

En el segundo tiempo, Francia reaccionó y empezó a mantener más tiempo el balón. Vino el primero de penalti de Mbappé, y luego el segundo, para poner el marcador igualado en el tiempo reglamentario.

En los dos tiempos extra, cada uno anotó un pepino y se fueron a series de penal, donde Francia Falló dos y Argentina no perdonó.

Si bien hubo polémica en el primer penalti que dio la ventaja a la escuadra albiceleste, a final de cuentas, el triunfo fue bien merecido.

Argentina es la escuadra campeona del mundo y Messi se despide de los mundiales de la mejor manera posible.

Difícil que en cuatro años, en el mundial de México 2026 vaya a estar presente “La Pulga” para dar otra cátedra de su juego.

Sin embargo, todavía puede gozar de buenos años en el París Saint-Germain o algún otro club que logre ficharlo, y en apariciones esporádicas con la selección campeona.

Yo creo que a estas alturas, ya no hay duda de quién es el mejor, si Messi o su archirrival Cristiano Ronaldo.

Pero también la figura emergente de Mbappé. Si todavía hace un mes se consideraba a Lionel Messi como el mejor jugador del mundo, seguido muy de cerca por Cristiano Ronaldo y en tercer puesto al francés, ahora las fichas se han acomodado: Messi es el futbolista número uno y está listo para pasar la estafeta a Mbappé.

En cuanto al portugués, se va a tener que conformar con seguir siendo el segundo, porque también ya no se coce al primer hervor y con 37 años debe pensar en el retiro de los mundiales.

Yo no sé nada de futbol. Nada más digo lo que pienso.

Espero con ansia los comentarios de los verdaderos conocedores para saber qué tan cerca o qué tan lejos de la realidad están mis apreciaciones.

Los dejo con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Leo Messi: “¿Qué percibís visualmente, simple?” (¿Qué mirás, bobo?)