La Comuna/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

Tamaulipas: sus cuatro frentes de guerra

La IV T tamaulipeca, tiene cuatro frentes de guerra abiertos al cierre del 2022: el cabecismo enquistado en la administración estatal; el cabecismo, reagrupado en la entidad con la candidatura de José Ramón Gómez (JR); la enrarecida relación inicial con la Sección XXX del SNTE; y la reticencia de varios alcaldes –morenistas, panistas y priistas– para legitimar a plenitud el liderazgo de Américo Villarreal Anaya.
(Aclaración: una cosa es que se le reconozca como el gobernador constitucional; otra, que se le considere el líder de la mayoría de los tamaulipecos).
La presencia de Cabeza de Vaca en la estructura gubernamental estatal, ha ido menguando ante la acción de Villarreal Anaya y su equipo. La recuperación de la mayoría calificada –aún hoy endeble, en el parlamento tamaulipeco, pero ya en su órbita de influencia–; el retiro del blindaje que poseía el súper Fiscal –MORENA y aliados aniquilaron las reformas, que lo hicieron operar como vicegobernador unos meses– y el sofocón para los cabecistas al desplazarlos del manejo absoluto de las Comapas, significan un inobjetable triunfo del gobierno americanista.
Con un dato: esa intensa batalla, no ha terminado.
La llegada de sopetón del JR al Senado y sus efectos, deberán ser encapsulados con la única fórmula que se conoce: estrategia política. Será una pugna de larga duración y de profundos resultados. Esta contienda, apenas empieza; su saldo, apenas podrá evaluarse con los números obtenidos el 2024 en Tamaulipas.
¿Cómo enfrentar el duelo de esgrima entre AVA y JR?
No se ve otra más eficaz: con un buen gobierno, que impida al reynosense, su posicionamiento en la entidad; de lo contrario: su expansión como sujeto político, amagará la jefatura del Ejecutivo estatal.
(Un dato: JR, sigue siendo un influyente activo en la política social de AMLO en la comarca; el estólido e ineficaz, Luis Lauro Reyes –súper delegado– no ha logrado remover de la red de programas que tiene a su mando, a los protegidos del candidato: varios JRistas cobran todavía en su oficina).
En el asunto de la Sección XXX, alguien debe romper el hielo. Lo más pronto posible; la soberbia –de ambos actores– pudriría una colaboración que tiene y debe ser armónica; lo contrario, llevaría al Sistema Educativo de la entidad, al más estrepitoso y doloroso fracaso.
Ya bastante hemos visto, con últimos cuatro gobernadores –Tomás Yarrington, Eugenio Hernández Flores, Egidio Torre Cantú y Francisco García Cabeza de Vaca–, que dejaron saqueadas las arcas del Sistema de Ahorro para el Retiro de los Trabajadores de la Educación de Tamaulipas (SARTET).
Ese atraco, es parte del colapso de los estándares de calidad en la educación regional.
El cuarto frente, son los alcaldes. Se nota, el ambiente gélido entre gobierno estatal y Ayuntamientos. Son guerras soterradas: los presidentes municipales no reclaman; no denuncian públicamente; no conjuran.
Aparentemente, todo está en paz…
…hasta que llegan los procesos electorales.
Justo en esos álgidos momentos, es cuando desde la capital, se percibe como si fuera un mapa con sus rutas criticas, los caminos políticos que tomaron los jefes edilicios.
Así es nuestro sistema político: el enfado con los superiores, sólo es visto a posteriori.
Las cuatro áreas en disputa, echan chispas.
Viviremos una Navidad tamaulipeca, como pocas.
Américo, JR, Arnulfo y decenas de alcaldes, están convocados por los tiempos sagrados –Lupe Reyes– a un armisticio.
Después del 6 de enero: quien sabe…