Por Oscar Díaz Salazar

Opinión

Quisiera que me hicieras mucha falta
Y gritarte que regreses,
pero aquí no hay novedad

No, no te preocupes por mí
Aquí todo sigue igual
Como cuando estabas tú.

El desayuno que ofreció (¿quien ofreció?) la directiva de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), al candidato a senador por la coalición morena – PT, sirvió para que los priistas se reencontrarán en un ambiente triunfante, luego de seis años de vacato, en los que se sintieron perseguidos, derrotados, apabullados y ¿avergonzados?

Alrededor de 700 personas atendieron la invitación para desayunar y escuchar a José Ramón Gómez Leal, en el salón grande de un hotel de cadena ubicado en la colonia del Prado de Reynosa, en un espacio en el que pude contar 72 mesas redondas, para diez personas, más la mesa VIP, en la que se acomodaron los invitados del candidato, de su suplente y del anfitrión, Guillermo Acebo Salman, presidente de la CMIC en Reynosa.

Acompañaron a Jote Erre sus padres, Pepillo Gómez Resendez y la Sra. Graciela Leal, los ex alcaldes Oscar Luebbert y Maki Ortiz, los diputados locales Magaly Deandar, Marcos Gallegos, Humberto Prieto, Ovidio García, Vital Tamez, la diputada federal Claudia Hernández, la dirigente estatal de morena Yuriria Iturbe y uno de los dueños del PT, Arsenio Ortega.

Sin que mediara aviso de parte de un moderador o maestro de ceremonias, el ingeniero Guillermo Acebo pasó de ofrecer el desayuno al candidato, a la exposición de propuestas para que en su momento haga suyas y gestione el senador, dando inicio a esa misma dinámica de plantear rollectos, iniciativas, planes rancheros, cartas a Santa Clos y peticiones, que siguieron otra media docena de oradores.

Como era de esperarse, Guillermo Acebo se enfocó en varias propuestas para beneficiar la operación y el negocio del puente internacional Anzalduas, que como bien se sabe en estos rumbos, es propiedad de su padrino Ramiro Garza Cantú.

Tuve oportunidad de ver a muchos personajes que desde hace tiempo no veía, rostros conocidos que por varios años no había visto, lo mismo por el encierro por la pandemia del COVID 19, que por la otra pandemia, la de las Vacas locas que mantuvo «orillados para la orilla» a muchos políticos tricolores.

Fue un desayuno para la sociedad civil, entiéndase para los fifis, en donde no había presencia chaira, a no ser por la maestra Yuriria Iturbe y la candidata suplente Paola López, que en conversación privada se auto definieron como chairas, es decir simpatizantes de la izquierda, progresistas, seguidores de AMLO, desde antes de que éste llegara a la presidencia.

Regular la pieza discursiva del Jota Erre. Muy cuestionable su defensa de la reforma política que propone el presidente. No sé si sean las convicciones, la obediencia al presidente o la ignorancia de la evolución política del país, lo que inspira al jota erre a pronunciarse contra los plurinominales, el financiamiento a los partidos políticos y a favor de la reducción de los integrantes del Senado, la cámara de diputados, los ayuntamientos y todo eso que contempla la reforma política que propone el presidente, y que para mi gusto lo hace con toda la intención de que no se apruebe, solo para hacer un guiño a un segmento de la población que compra de manera acrítica esas ideas.

Desayuno con sabor, olor y ambiente priista… Incluido el desayuno frío de machacado con huevacho.