La Comuna/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

El amargo dilema de Tamaulipas

La emergencia de José Ramón Gómez Leal (JR), levantándose con la Senaduría de la república, generó un vuelco en los escenarios regionales de Tamaulipas: primero, acotó el liderazgo del gobernador, Américo Villarreal Anaya y recrudeció la lucha por la sucesión gubernamental; segundo, arreció la pugna por el control de la estructura de MORENA en el estado -los Américos estuvieron solos, hasta que la coyuntura exigió una elección extraordinaria para cubrir el escaño vacío dejado por Faustino López- y tercero, abrió la posibilidad de la restauración absoluta del viejo régimen que dominaron priistas y panistas.

Se preguntarán algunos, escépticos: ¿y cómo perdió pegada Villareal Anaya y su familia en el circuito del poder en el estado?

No es tan complicado de visualizar: buena parte de los alcaldes -Carmen Lilia Cantú Rosas, Maky Ortiz y congéneres, Mario la Borrega López y Adrián Oseguera- centrifugados del núcleo exclusivo de la familia Villarreal Santiago se están alineando con JR: más por sentido estratégico que por coincidencias con el proyecto del senador reynosense. Esa nueva realidad, pone en situación de vulnerabilidad a la tribu Villarreal Santiago: tiene en zona de potencial conflicto, a casi la mitad del padrón electoral tamaulipeco.

Paisaje sociopolítico tal, no ocurría con tanta premura en el sistema político regional; Américo Villarreal Guerra -en los años 80-, fue disminuido por la presencia arrasadora del delegado del gobierno federal salinista, Manuel Cavazos Lerma; y años antes, Horacio Terán -en los años 50- fue achicado por el arribo del diputado federal Norberto Treviño Zapata. Ambos acontecimientos, ocurrieron al tercer año de esos gobiernos.

Hoy, esa presencia paralizante de los factores políticos exógenos, se generó a ¡8 meses de la instalación del gobernador!

JR, ha sido prudente y recatado.

No lo será siempre.

Las circunstancias, lo obligarán a ponerse a la cabeza de tanto actor incomodado por las políticas de Ameriquito, Ameriquitito y la doctora Vitamina, so pena de que la rebelión de los expulsados se trague a la monarquía de huarache que desea empecinadamente construir su privado feudo.

Ameriquitito, anda alucinado destruyendo la red tejida por JR, desde sus días de súper delegado; trabaja enfebrecido, borrando toda herencia en MORENA dejada por el jotarreismo al tiempo de apropiarse -vía compra- del Partido Verde (PV).

El CEN de MORENA, debería retomar la sensatez en esta región.

Los Américos y dama que los acompaña, están llevando a la IV T tamaulipeca, al abismo. Sus prácticas y sus políticas, están construyendo la pista por la cual regresarán re-oxigenados el panismo y el priismo.

¿Será?

Sí.

En los círculos más cercanos del senador JR, se han ubicado algunos de los cuadros más destacados y más beneficiados, de la administración del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. La Chiva Almanza -funcionaria de la Secretaría Particular del gobierno estatal panista- y sus hermanos, ya activan para el cuñado de CdeV; lo mismo el ex Secretario de Educación azul, Mario Monroy, presume su cercanía con la familia Gómez Leal-Cabeza de Vaca.

Villarreal Anaya y los Santiago, no han trabajado un solo día para construir una nueva opción de gobierno para reemplazar al pernicioso y oscuro régimen neoliberal panista. Ni pueden, ni quieren. Es más: pareciera que su principal interés, es revivir las formas y métodos de gobernar del PRIAN: la mayoría de los funcionarios de la IV T reclutados por AVA y su clan, son evidentemente priistas y panistas.

Doloroso dilema para los tamaulipecos: apuntalar a Américo, Ameriquito y su omnipresente madre, o apoyar a JR, que encarnaría el regreso de un revolcado cabecismo, camuflado de azul, guindo y tricolor.