Una más del centralismo en Tamaulipas

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

A mediados de semana estuve en Ciudad Victoria, acompañando a una persona que realizó trámites burocráticos en varias oficinas del gobierno del Estado. Enterados de que las gestiones se tendrían que efectuar en dos días, la primera actividad que atendimos en la capital, fue buscar un hotel para pasar la noche. Encontramos habitaciones disponibles hasta el sexto sitio donde preguntamos. Los hoteles tenían ocupación completa.

Más tarde nos enteramos que Ciudad Victoria era sede, en esa semana, de varios eventos de carácter estatal y regional, uno de ellos era un encuentro de motociclistas y dos torneos deportivos de diferentes disciplinas.

Esa anfitrionía es buena para los victorenses, implica una derrama económica bastante generosa. Augura el regreso de muy buenos tiempos a la capital, el retorno de épocas en las que el gobierno favorecía a Ciudad Victoria con la atracción de visitantes, y/o con la organización de eventos en los que se consumen alimentos, se pagan hospedajes, se rentan salones, se contratan servicios, se compran insumos de oficina, etc.,etc.

El asunto es que esos beneficios que recibe la capital, son los mismos que se niegan al resto de las ciudades de Tamaulipas, y por supuesto que representan una desventaja para quienes tienen que viajar a Ciudad Victoria, para hacer un trámite burocrático, participar en una justa deportiva, gestionar un beneficio, cumplir con un permiso o licencia para determinada actividad.

Los victorenses están felices porque paulatinamente las cosas vuelven a «la normalidad», una normalidad muy anormal e injusta para el resto de los tamaulipecos, -el noventa por ciento-, que padecen la visión centralista con la que gobierna, y de la que se favorece el diez por ciento de la población tamaulipeca que reside en Ciudad Victoria.

Por su propio beneficio, los victorenses deberían ser más justos a la hora de atender su trabajo, más equitativos a la hora de repartir los beneficios, las obras, los servicios, los apoyos gubernamentales, la derrama, las becas, los programas.

La comodidad y ventaja de hacer las cosas en Victoria, para Victoria, con insumos de Victoria, desde Victoria y en beneficio solo para Victoria, genera las condiciones para el fortalecimiento de actores políticos de la «provincia» tamaulipeca, que a semejanza de Francisco N, logren arrebatar el poder a los victorenses.