Al Vuelo/ Por Pegaso

Opinión

Predictadura

Les tengo dos noticias. Una buena y otra mala. ¿Cuál quieren que les diga primero?

En vista de que una columna política no es un espacio democrático, sino que solamente los chicharrones del columnista truenan, primero les daré la buena noticia y en seguida la mala.

Viene, pues.

La buena es que ya estamos en una dictadura. (“¿Y qué tiene de bueno una dictadura?”,-me responderá alguno de mis dos o tres lectores).

Pues que los mexicanos, así como somos de desmadrosos, cabrones, güevones, contestatarios y valemadristas, nos vendría bien que en México se instaure una tiranía. De esa manera ya no seguiremos haciendo lo que nos dé nuestra regalada gana, sino que siempre tendremos atrás de nosotros a un dictador diciéndonos qué es lo que tenemos que hacer, de lo contrario, nos enviarán a las Islas Marías o a Almoloya por rebeldía o sedición.

¿Y la mala?

La mala es que ya estamos en una dictadura.

-Pe-pe-pero Pegaso, ¿cómo puede ser una noticia buena y mala al mismo tiempo?-preguntaría otro de mis lectores consuetudinarios.

Porque el castigo, las privaciones, la restricción de libertades propias de una dictadura pueden ser tomadas como penitencia. Difícil será que nos logremos sacudir de la tiranía en corto plazo, digamos, diez, o veinte años, pero al final, escarmentaremos y ya no seguiremos más el camino de la subyugación social. (Recomiendo leer el libro: Teoría General de la Dictadura, reflexiones sobre el ejercicio del poder y las libertades políticas, de Juan Federico Arriola, Editorial Trillas, o el Manual del Dictador, de Kenny Pérez).

Quiero, sin embargo, hacer una corrección: En realidad, aún no entramos en la dictadura. Yo diría que es algo así como una predictadura, como cuando aún no tenemos diabetes, sino prediabetes.

Falta un pelín para que entremos de lleno a la tiranía. Primero, fue el control de las fuerzas armadas, mantenerlas en las calles y darles más poder.

Segundo, satanizar, y si se puede, acabar con la prensa libre.

Tercero, lograr la centralización del poder en un solo hombre.

Cuarto, controlar los procesos electorales.

Quinto, mantener el control de las masas con dádivas.

Sexto, adoctrinar a los niños mediante la educación.

Los avances en cada uno de esos renglones han sido graduales, pero consistentes.

Una vez que se logre la total supresión de la prensa libre, al establecerse un solo órgano de propaganda gubernamental, como ocurre en Cuba, con el periódico Granma, en la Unión Soviética, que en la práctica ya no es socialista, sino capitalista, pero que aún prevalece un gobierno de izquierda, el periódico Pravda, y en China, el periódico Xinhua.

Pronto, muy pronto, veremos que en México habrá un periódico oficial, que pudiera ser Degeneración, o El Moreno, o La Cuarta Transtornación, o algo por el estilo.

Predictadura habemus. Ya es una realidad.

La historia nos ha enseñado que no hay nada bueno cuando en un país o nación un solo individuo detenta todo el poder político, porque más tarde o más temprano caerá en la tentación de la tiranía. De pasarse las leyes por el arco del triunfo.

Por cierto, la definición de tiranía es la siguiente: Forma de gobierno en la que el gobernante tiene un poder total o absoluto, no limitado por las leyes.

Cuando en un país se instaura una tiranía o dictadura, los efectos son impredecibles.

“Habitualmente estos gobiernos son responsables de la pérdida masiva de vidas, la persecución, tortura y silenciamiento. Inclusive en los casos menos graves se ha observado la reducción de las libertades individuales y colectivas”,-según especialistas.

(Nótese cuán hábilmente el columnista utiliza como sinónimos los términos tiranía y dictadura. Para mayores detalles, se recomienda ver la película “El Gran Dictador” (The Great Dictator, por su título en inglés. Año de estreno: 1940. Director: Charles Chaplin. Protagonistas: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Jack Oakie, Reginald Gardiner y Henry Daniell).

Mexicano, mexicana: Si estás dispuesto a renunciar a las carnitas asadas, a la chela, a las narconovelas; si quieres tener solo un par de zapatos y dos pares de pantalones, no tener teléfono celular inteligente, si quieres irte directo del trabajo a tu casa y de tu casa al trabajo, comer puro frijol en bola con arroz, si quieres dejar de escuchar corridos tumbados y recibir diariamente el lavado de coco por radio, prensa, televisión e Internet, sigue adelante, vas por buen camino. Nomás después no digas que no te lo dije.

Atentamente, tu amigo Pegaso.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Individuo que motu proprio es Bos taurus…” (El que por su gusto es buey…)