Al Vuelo/ Por Pegaso

Opinión

Viejazo

¡Vaya, polémica que se ha armado con la gira de Luis Miguel por varios países de Sudamérica!

En Argentina, los fans se imaginaron ver a un doble actuando en lugar del artista original.

Comparan fotos de antes y después, le miden la nariz, los dientes, los cabellos y las orejas.

Incluso hubo quien le pidió a una Inteligencia Artificial que dijera si es el verdadero Luismi o un imitador que se presta para presentarse en los conciertos y hacerles chanchullo a los que compraron los boletos a precio de oro molido.

La verdad, la verdad, es que aquí no hay misterio alguno: Luis Miguel ya dio el viejazo, como el resto de nosotros, los seres humanos.

Los excesos, las desveladas, la droga y el alcohol cobran factura, tarde o temprano.

Los mexicanos sabemos de los inicios de Luis Miguel, conocido desde entonces como “El Sol”. Fue en el programa de Raúl Delasco, “Siempre lo Mismo”, donde se presentó por primera vez.

Ahí estaba la criaturita, todo ternura, con su pelito güero, lacio y brillante, con su cuerpecito flaco, dientecitos de peineta y nalguitas respingadas, que más parecía una niña que un chamaco.

Y cantaba aquellas canciones de “Uno más uno, dos enamorados”, “La chica del bikini azul”, “Palabra de honor” y “Cuando calienta el sol”.

Su éxito nunca fue que tuviera una gran voz o que cantara bien, sino el apoyo que Televisa siempre le brindó. Y de ahí pa’l real, le fue tan bien, que hasta se dio el lujo de mandar al diablo a Delasco y al mismísimo Emilio Espárrago, dueño de la televisora.

Durante sus años mozos y aún ahora de vetarro, le siguen lloviendo amoríos de todos los colores y sabores. Entre las mujeres que ha pasado por las armas están: Adela Noriega, Mariana Yazbek, Stephanie Salas, Sasha Sokol, Lucía Méndez, Isabella Camil, Brigitte Nielsen, Daisy Fuentes, Mariah Carey, Mirka Dellanos, Aracely Arámbula, Kasia Sowinska, Desirée Ortiz, más las que se acumulen. Así que no se puede decir que no disfrutó de la vida loca.

Tras muchos líos de impuestos, de incumplimiento de contratos y desintoxicaciones, Luis Miguel desapareció de la escena musical por varios años, dando lugar a que aparecieran otros fenómenos musicales inflados por las redes sociales, como “Peso Pluma” y demás esperpentos.

Ahora, con su reaparición, todo mundo está metido en la discusión sobre si está usando dobles o es él mismo, pero mucho más avejentado.

En las fotos y videos se ve flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones, con más arrugas en el pescuezo que Maribel Guardia y unas feas ojeras que le dan un aspecto de muerto viviente.

Que por cierto, también existen diversas teorías conspiranoicas que aseguran que lo mató Salinas de Gortari porque se había metido con una de sus hijas y que desde entonces fue sustituido por otro tipo.

Hay quienes dicen que murió de una sobredosis, o que simplemente desapareció, y que ahora son varios dobles los que dan los conciertos.

Reconozco que yo no soy fan de Luismi. Cantantes ha habido en el escenario nacional que han tenido mucho más brillo que este “sol” chafa, por ejemplo, Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís, Víctor Iturbe “El Pirulí”, Napoleón, José José, Vicente Fernández y Juan Gabriel, por mencionar a los más sobresalientes.

¿A quién le importa que sea o no el verdadero Luis Miguel quien cante? Yo no pagaría cien mil pesos por un pinche boleto ni acamparía durante días o semanas fuera del estadio esperando la presentación del artista.

Mis respetos para quienes lo hacen, pero eso definitivamente no es lo mío.

Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que dice así: “¿Eres el mismo individuo, o te asemejas?” (¿Eres tú, o te pareces?)

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