Tania Contreras, como Pito Perez

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

La Consejera Jurídica del gobernador Américo Villarreal actúa como los tracaleros profesionales, como los estafadores que cuando les piden cuentas del asunto o negocio que les fue confiado, en los que evidentemente no hay avance positivo ni solución favorable, suelen pedir más, más tiempo, más dinero, más apoyo, más materiales, más inversiones, más personal y más ayuda.

Lo digo sorprendido de la última ocurrencia de la abogada Contreras, que pretende que la instalen a la cabeza de la lista plurinominal de diputados al Congreso local, para encargarse de pastorear a los diputados de morena desde la presidencia de la Junta de Coordinación Política.

No le bastó retrasar el envío de la propuesta de reformas a la Ley Orgánica de la Administración Estatal, por más de medio año y luego de manosear la propuesta, junto con el secretario de Administración, Jesus Lavín, para adjudicarse el derecho de nombrar a todos los jurídicos (Tania) y todos los administradores (Lavín) de cuanta oficina, secretaria, dependencia, órgano autónomo, organismo público descentralizado, similares y conexas que dependen del Poder Ejecutivo del Estado.

Tania Contreras, amafiada con su esposo, Jorge Beas y con el milusos Romulo Pérez, ambos subsecretarios en la Secretaría General de Gobierno, se han dedicado a invadir tareas y facultades propias de la dependencia, y también lo hacen en otras áreas de la administración estatal.

La abogada Tania Contreras debe recordar que su función es brindar el mejor consejo jurídico al jefe del Ejecutivo, luego de estudiar detenidamente los asuntos que le turnen, y no inmiscuirse en todas los asuntos del gobernador y de los otros poderes.

En la preparación de su próximo golpe político, en su ambición de controlar al Congreso del Estado en la siguiente legislatura, hoy se ocupa de “engüilar” a vari@s políticos que han escuchado el canto de la sirena, como es el caso de Romulo, que ya se siente diputado, y de Beas, que sueña con despachar como diputado consorte.

La pretensión de Tania Contreras la ubica en la misma condición del padrino de Pito Perez, a quien le encargaron pedir la mano de una muchacha, tarea que atendió con gusto, pero con el pequeño detalle que pidió a la muchacha para él mismo, y no para quien le confió esa misión.

A Tania le encargaron arreglar el control del Congreso, y aprovechó el viaje para pedir que la hagan diputada y presidenta de la JUCOPO.