La Comuna/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

El zape, del rector Guillermo Mendoza, a los Tachos

Esta vez, la facción de los Atanasios, arrastraron entre sus patas, al director de Comunicación Social del gobierno del estado, Francisco Cuéllar Cardona. Los Tachos, llevaron al baile al periodista: le hicieron creer que mediante una reforma legal externa -desde el Congreso local- y una campaña de medios, arrinconarían al rector, Guillermo Mendoza Cavazos, para obligarlo a la renuncia.
No ocurrió, como la abogada de apodo Tania, lo había augurado.
La Justicia y los defensores legales de la máxima autoridad de la Universidad, echaron abajo la estrategia de Tacha y Tacho.
El diferendo en los tribunales entre la UAT y la pareja jurídica, hasta el momento, lo va ganando Mendoza Cavazos; y al perecer, en el mediano plazo, los Tachos, coleccionarán otro descalabro en el mundo del Derecho.
Cuéllar Cardona, sin tener vela en el entierro, optó por sumarse a la embestida de los Atanasios. Comisionó a varios de los gatilleros a su servicio, para enderezarle una campaña negra al rector. La poca imaginación de esos redactores, ha considerado que el error del rector, es haber militado en el grupo del ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.
Ya en anteriores obuses contra el rector, había sido involucrado el general Audomaro Martínez. Se le señaló de ser el padrino y protector de Mendoza Cavazos. Esa ocasión provocaría, la visita a Tamaulipas de Jesús Ramírez -jefe de prensa de AMLO- para atemperar los ánimos de algunos sectores de gobierno contra las autoridades universitarias.
Cuéllar, no lo asimiló.
Volvió a la carga contra el rector.
La insistencia de los Tachos y Cuéllar de vulnerar la rectoría de la UAT, ha sido constante.
La supuesta genialidad de los Tachos para achicar el poder del rector, consistió en generar desde el exterior -al margen de la Autonomía universitaria- órganos de control, bajo el presunto argumento de salvaguardar los intereses de la comunidad universitaria.
La propuesta de los Anastasios, que fue aprobada en la Legislatura en febrero de 2023:
“La Universidad Autónoma de Tamaulipas contará con la Defensoría de los Derechos de los Universitarios, como órgano autónomo, independiente y de gestión para decidir sobre su funcionamiento y resoluciones, encargado de la promoción, defensa, protección y garantía de los derechos de las y los universitarios; debiéndose regir bajo los principios de independencia, buena fe, objetividad, imparcialidad, legalidad, debida diligencia, confidencialidad, eficiencia, perspectiva de género y de derechos humanos. La persona titular de la Defensoría, deberá poseer título profesional de Licenciado en Derecho y acreditar conocimientos en materia de Derechos Humanos y perspectiva de género; durará en su encargo cuatro años, pudiendo ser designada por un periodo adicional; su naturaleza, atribuciones específicas y obligaciones se establecerán en el Estatuto Orgánico de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y sus Reglamentos respectivos.”
Ante la embestida, las autoridades universitarias, decidieron responder en los tribunales.
Por lo pronto, descalabraron las tácticas de los Tachos.
Los jueces, desestimaron la intromisión exógena en asuntos que solo competen a la comunidad universitaria.
La ofensiva mediática contra el rector, continua de parte de la oficina de Cuéllar Cardona.
¿Hasta dónde llegará el zipizape, entre las áreas jurídicas de la IV T y su oficina de Comunicación social, contra el gobierno que se dieron los universitarios?
¿Le alcanzará a los Atanasios y a Pancho Cuéllar, para provocar la retirada del Audomaro -mandamás en los sótanos de inteligencia y contrainteligencia del gobierno de AMLO- y el rector?
¿Hasta cuándo, seguirá Comunicación Social, operando contra la autoridad universitaria?
¿Tomará algún día el mando el director de prensa de la UAT, Manuel Aguilar -impuesto por Cuéllar- de sus responsabilidades -por hoy sólo acomoda oficios-?
La telenovela, sigue.
Si fuera un juego de dominó, diríamos que a los Tachos y Cía., se les ahorcó la carreta de seises.