Por Oscar Díaz Salazar
En más de una ocasión, el hoy presidente López Obrador, operó en contra del que era su partido, el PRD. Recordemos que AMLO no era dueño del partido del sol azteca, como si lo es, en este momento, de morena, de ahí que no siempre los candidatos de su partido, eran sus candidatos. Si un candidato era de otra «corriente» en el partido (el PRD) que institucionalizó la existencia de diversas expresiones, o en términos coloquiales, que puso en vigor la onda grupera, Andrés Manuel impulsaba a sus allegados para que compitieran por Convergencia o por el Partido del Trabajo.
Esas jugadas contra su partido, de López Obrador, fueron muchas y muy frecuentes. Los casos de los monreales compitiendo por el PT en Zacatecas y de Luis Walton por Convergencia en Guerrero, son dos ejemplos que brotan sin escarbarle mucho a la memoria (o al Google).
Ya con morena, tenemos el caso de San Luis Potosí, en el que se permitió el paso del actual gobernador, un impresentable que por sus antecedentes no convenía postularlo por morena.
Más reciente está el caso de Coahuila, en el que las fuerzas de la cuatro T, salieron divididas, con dos candidatos, para favorecer el triunfo del PRI de los Moreira, y pagar con esto compromisos previamente pactados.
Les platico lo anterior como contexto para compartirle mis sospechas de que algo similar están construyendo en Victoria, en donde están dejando correr y crecer a dos proyectos, uno el de la reelección con el Chuponcito Gattas, un personaje que es muy conocido, pero que también tiene registros altísimos de «negativos», y el otro personaje que se placea con el visto bueno del grupo que gobierna, es el de Jorge «Tico» García, quien por cierto ya logró la adhesión de los dirigentes del Verde y del PT.
Esta jugada en dos pistas, supongo que tiene el propósito de pavimentar el camino de regreso de una representante del priismo más arraigado en la ciudad más priista del Estado. La diputada Alejandra Cardenas puede ser la beneficiaria de esta «división» en la coalición que ofreció hacer historia.
En la más reciente elección local en el municipio de Güemes, se tiene el modelo que hoy buscan replicar en la capital. Recordemos que el actual Delegado Federal, Luis Lauro Reyes, operó en contra de su partido (morena), postulando a su mujer por Movimiento Ciudadano, con el objetivo, -logrado-, de hacer que el PRI se alzara con la victoria.
Desde luego que Luis Lauro tenía permiso de jugar en contra de su partido, pues no sólo no fue sancionado o relegado, fue premiado por traicionar a su partido con el cargo más importante políticamente del gobierno federal en Tamaulipas.
La estrategia es simple: divide y vencerás…. Lo lamentable es que la división se tolere y se impulse desde adentro, como ocurre con quienes le dan cuerda al Tico García.
