La Comuna/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

¿Y los cursos de capacitación de MORENA-TAM?

La mentalidad neoliberal, permeó en la inmensa mayoría de la clase política tamaulipeca. Y cómo no: por más de 30 años, esa forma de percibir el fenómeno sociopolítico y económico, operó en forma hegemónica y casi totalitaria. Incluso en MORENA, amplios sectores de su militancia actúan y se comportan como conservadores; es ahí, en donde radica la fragilidad ideológica del lopezobradorismo.
Lo que en el pasado fue una fortaleza, -la suma de diferentes formas de pensar de personalidades provenientes del PRI, PAN, MC, PT, PV-, hoy es una debilidad: una significativa parte de sus representantes en áreas de gobierno y de poder, no han superado la cosmovisión que les caracterizó en el pasado.
Es realmente complicado, en la actualidad, ver diferencias entre las praxis gubernamentales del PRIAN y de MORENA en alcaldías, diputaciones y senadurías. Esa circunstancia, se ensancha en la forma de impartir y administrar Justicia en el Poder judicial; este ente, es el más reacio al cambio y el más corroído desde sus más profundos cimientos.
¿Qué hermana a la burocracia partidista tradicional con la estructura gubernamental y militante de MORENA?
1.- Coinciden en mantener estructuras de administración pública, en función de privilegios de grupos -principalmente las élites aldeanas- o de personalidades. Es decir: ese tejido burocrático, es parte del desdén de los gobiernos de todo color, para la operación de una política de austeridad. Persiste el favoritismo por familiares y amigos, de quienes están en el vértice de la pirámide de mando.
En la SEP, se siguen repartiendo becas, para consanguíneos de la alta burocracia en escuelas privadas como el Tecnológico de Monterrey y otras instituciones del país y del extranjero. Sigue el soslayo de las minorías en ese renglón; un ejemplo: las escuelas normales rurales privilegian a estudiantes de las zonas urbanas y no a auténticos hijos de campesinos, lo que es una contradicción de ese proyecto educativo.
2.- Direccionar onerosos recursos, en bien de algunos personajes de la política estatal. Algunos secretarios, se conducen en camionetas blindadas y con nutridos grupos de escoltas, aún no siendo del gabinete de seguridad. El gobierno de la IV T tamaulipeca, eroga millones de pesos en servicios para cuidar a funcionarios quienes, por la naturaleza de su trabajo, no corren los riesgos de aquellos que toman decisiones en el tema de las esferas policiacas y de justicia.
Un ejemplo de ello, es la secretaria de la SET, Lucía Aimé Pastor, y la Directora Jurídica, Atanasia Contreras que ostentosamente transitan con vehículos de alta gama y cuerpos de seguridad que resultan ofensivos para el ciudadano y los actores sociales tamaulipecos.
3.- Muchos alcaldes -incluyendo morenistas- han trazado una estrategia de endeudamiento para mejorar los servicios públicos o para pagar salarios. Craso error: ya lo ha dicho el presidente AMLO, no a las deudas, sí a las políticas de austeridad y de ahorro. Es este, un principio básico de la IV T; es un ejercicio obligado en un gobierno progresista.
4.- Considerar los fondos para la educación, un gasto y no una inversión social. La ola privatizadora disfrazada, sigue en los planteles educativos: cuotas a padres de familia, cooperaciones para mejorar el equipamiento escolar y prestidigitación de esos ingresos por parte de la autoridad educativa en sus diferentes escalafones.
5.- Soslayar el ordenamiento esencial de la política social de la IV T: por el bien de todos, primero los pobres. El lopezobradorismo de la región, insiste en abrir el paso a la restauración del conservadurismo tamaulipeco: da prioridad a las élites; mantiene en la marginación a miles de ciudadanos que viven en la inmundicia por el colapso de los servicios públicos e insiste en gobernar como el PRIAN.
Como se ve: para maldita la cosa, han servido los cursos de capacitación de MORENA