El Fogón/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

«Río Bravo: Ulivarri y el PAN, en punta»

Río Bravo, es probablemente, el municipio de Tamaulipas, con la más grande –y profunda– influencia de la izquierda social. Desde los años 60, la sociedad rural de la época, vio la presencia de la Central Campesina Independiente (CCI), dirigida a nivel nacional por el legendario Ramón Danzós Palomino. Esta agrupación, fue el brazo de masas del Partido Comunista Mexicano (PCM), que llegó a tener más de 5 mil miembros en ejidos y colonias agrícolas de la región.

Desde la ilegalidad, el PCM, decidió participar –1961– con un candidato propio en la lucha electoral por la alcaldía riobravense. Postuló para enfrentar al candidato del PRI –Gerardo Ballí González– al dirigente agrario y líder de la CCI, Crispín Reyes por una agrupación denominada Frente Electoral del Pueblo (FEP).

El candidato priísta, era externo: provenía de Reynosa, desde donde se daba línea a los destinos del joven municipio.

Las actas del escrutinio del proceso en posesión del archivo de la CCI y del PCM –no en su totalidad pero si suficientes como para construir una tendencia, Reyes sacaba ventaja a Ballí– reflejaban la sustancial presencia de la Izquierda en la comarca.

¿Ganó la Izquierda?

Sí.

 Con una variante: el PARM, cuyo registro había sido utilizado para generar el FEP, decidió retirar sus siglas de la coalición unas horas antes de la elección. El resultado: por esa razón –y otras– no le fue reconocida la victoria a Crispín.

 Sin duda: esa es la raíz de la Izquierda electoral ribravense.

 Años después, ese fenómeno, colaboraría con la emergencia del movimiento sociopolítico que encabezó Juan Antonio Guajardo Anzaldúa. La continuidad de ese fenómeno, estuvo en la presencia en el guajardismo de dirigentes de aquel FEP, como Severiano Ponce Sandoval, Antonio Aldáz Rábago, Gregorio Luna, Antonio Monroy y los hermanos Guadalupe y Julián Reyes.

 Años de gobierno, pervertiría al guajardismo y lo transformaría en el dieguismo –por Diego Guajardo– que sería lo peor de las dinámicas encabezadas por Juan Antonio. (Actualmente Diego, vive en una confortable mansión en Mission, Texas donde disfruta sus abultadas cuentas en dólares, que se presume tiene origen en su ejercicio de alcalde).

 ¿Sobre qué escenario se desplegará a lucha por la alcaldía?

 1.- Un alcalde Carlos Ulivarri, como actor dominante del paisaje sociopolítico en el municipio. Esto se debe puntualizar, porque el PAN es una estructura fragmentada en varios liderazgos que trabajan cada quien para su santo. El jefe edilicio, no es totalmente panista; llegó a la candidatura desde una anterior postulación desde el camino independiente donde obtuvo una cosecha muy destacada de votos; esto, llevó al PAN tamaulipeco a invitarlo como su candidato.

 No hay otro actor azul, que pueda hacerle sombra. Raúl García Vivían, con un deplorable trabajo al frente de la COMAPA, en donde está, y su insistente actitud de vivir en Mission, Texas, lo ubican como un sujeto con amplios disensos en la sociedad riobravense; la diputada Roxana Gómez, igual: vive en Mission desde donde aspira a gobernar.

 Con Ulivarri, el PAN gana, sin sobresaltos.

 Con Raúl y Roxana, enfrentará agobios.

 2.- MORENA, ha echado al cesto de la basura, el enorme caudal histórico de la Izquierda riobravense. Con excepciones, su militancia tiene la vista puesta en alguna regiduría –ese parece ser su proyecto más esencial– y no en proyectos de mayor amplitud social. En sus filas, no se ve un candidato con fortaleza. Sin no pone el interés en un externo, el lopezobradorismo seguirá aplanado y sin posibilidades competitivas.

 3.- EL PRI, está en proceso de liquidación. El dirigente estatal del tricolor, oriundo de esta ciudad, Edgar Melhem Salinas, le ha puesto mucho interés a la estructura priista riobravense. No parece estar funcionado ese esfuerzo. Sin embargo, es en este lugar en donde el priismo parece mantener vivas sus esperanzas; con todo y que vislumbre un futuro oscuro e incierto. ¿Candidatos? El que sea: apenas puede aspirar a llevar al Cabildo uno o dos regidores de Representación Proporcional.  En suma: Ulivarri, y el PAN, están en punta; MORENA, espera mejorar su penetración social –aunque es posible que pueda empeorarla– y el PRI, sueña con mantenerse donde está y evitar el hundimiento total.

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