BUSCANDO VOTOS SE ENCONTRARÍAN CON LA TRAGEDIA
Los comienzos de 2024 –afirman en medios y redes– ya no son la
inauguración de un formal proceso electoral, al menos aquí en Tamaulipas,
que defina quiénes serán el próximo 2 de junio diputados, alcaldes y
senadores.
Con todo y que las encuestas coinciden en el proceso que va por la
presidencial entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez con una enorme
diferencia –promedio- de 30 puntos, obviamente contra la segunda, la
perspectiva sigue siendo la incertidumbre.
Quizá porque, también afirma Roy Campos, las encuestas no fueron tan
eficaces y no vieron venir que Javier Milei, Daniel Noboa y Bernardo Arévalo
serían presidentes de Argentina, Ecuador y Guatemala, respectivamente.
¿Ocurrirá lo mismo en México? Se cree que no, pero al mismo tiempo se
cree que las cosas serán decididas en esa tendencia señalada.
Nadie trata en esta columna de dar a entender nada, sino más bien de
precisar que los eventos políticos y electorales de la mayor envergadura
posible que se gestan en este país, también tendrían desenlaces ajenos a la
lógica de las encuestas.
Algunos ejemplos, como el de los alcaldes de Nuevo Laredo y Reynosa que
van por la reelección, tienen una “clara” tendencia a que Carmen Lilia
Canturosas Villarreal será presidenta municipal por segunda ocasión,
mientras que Carlos Peña Ortiz no logrará lo mismo que su colega
neolaredense.
Este tipo de “certezas” todo mundo las maneja. No obstante, a menudo se
olvida que no son ciencias exactas y que las preferencias y simpatías son
más del reino de la química.
NO IMPORTA SI SON ATRACTIVOS O DESPRECIABLES
Es decir, un mundo subordinado a las reacciones emocionales de cada
quien que, en su momento, así esté todo “amarrado” o pactado, harían que
la alcaldesa de Nuevo Laredo perdiera y el alcalde de Reynosa ganara, y
que hasta el candidato panista de Tampico, Pepe Schekaibán, con tan
buenas expectativas a su favor, nada pudiera hacer frente a la presidenta
del Congreso Local, Úrsula Salazar Mojica.
A ese tipo de escenarios son los que la clase política y los votantes se
enfrentan todos los días. Escenarios que liberan, como el cuerpo humano,
muchas sustancias químicas capaces de modificar la realidad, por más que
la o el candidato haya resultado ser tan atractivo o tan despreciable.
Esas variaciones químicas, que nadie debe dudar pueden incidir en los
resultados electorales del reino de las ciencias sociales, ya están fluyendo a
gran presión.
Y esto ocurre, repito, por la diversidad de estímulos en el ser humano y/o
votante que van desde la situación económica, pasando por los constantes
choques entre Andrés Manuel López Obrador y los llamados
conservadores, hasta el fenómeno de la inseguridad que por momentos
parece incontrolable, y en cuyas causas (las principales) mucho tiene que
ver ese laberíntico, siniestro y aterrador sistema globalizado de mafias que
hacen palidecer a la delincuencia organizada de México.
De manera que los triunfos electorales estarán bajo una respuesta que en
no en todos los casos dependerá de las supuestas tendencias
predominantes como los sondeos de opinión o encuestas, sino de una
complejidad que mantiene en permanente colisión a la razón y a la
incertidumbre.
No estoy repitiendo el concepto tan común y corriente de que “aún no hay
nada para nadie”. Lo que trato de decir es que el número de votantes
indignados por las fallas de los partidos políticos en el poder, han
conformado una sociedad que, según Eduardo Galeano, te domestica “para
que desconfíes del prójimo, para que sea una amenaza y nunca una
promesa”.
Y yo agregaría: una sociedad que tiene miedo de que los candidatos
buscando votos se encuentren con la tragedia.
MENSAJE DEL RECTOR DÁMASO ANAYA
El mensaje de salutación de año nuevo del rector de la UAT, Dámaso
Anaya Alvarado fue claro y trascendente: “Nuestra misión está en la
academia y esta debe ser el centro de nuestras actividades; la UAT debe
ser lugar donde se forja el conocimiento que contribuya al desarrollo de
nuestra comunidad. Esa es nuestra visión”.
¡Excelente inicio de semana!
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