Al Vuelo/ Por Pegaso

Opinión

Damas

Yo soy de los que piensan que todo hombre bien nacido debe guardar respeto hacia las mujeres, porque a final de cuentas, de una hemos nacido.

Dicen que el dolor de parto es uno de los más intensos dolores físicos que puede soportar el ser humano. Y las mujeres lo hacen con gran estoicismo, no una, sino a veces dos, o tres, o más.

El récord lo tiene una mujer rusa llamada Valentina Vassilyeva, que tuvo gemelos 16 veces, 7 veces trillizos y 4 veces cuatrillizos, en un lapso de 40 años, entre 1725 y 1765.

Si con un solo güerco sienten que las parten por la mitad, ¡imagínense por siete, uno a uno!

Por eso no me explico cómo hay descastados que ejercen violencia verbal de género contra las dos mujeres candidatas a la Presidencia de la República.

Es casi un hecho que en el período del 2024 al 2030, México estará gobernado por una fémina, cualquiera de las dos.

Los números favorecen apabullantemente a Claudia Sheinbaum, por el enorme arrastre de el “cabecita de algodón”, también conocido como ALMO, #YaSabenQuién o “El Rorro de Macuspana”.

He visto en las redes sociales toda clase de ofensas, improperios, agravios, afrentas, denuestos, injurias, escarnios, insultos, menosprecios, oprobios, ultrajes, vituperios, burlas e ignominias contra ambas.

A una no la bajan de botarga y a la otra de títere.

Los caricaturistas militantes las dibujan con rasgos espantosamente exagerados. De Claudia, exhiben su físico esmirriado, y de Xóchitl, sus enormes dientes y su robustez.

Pero son las palabras las que salen como dardos venenosos de las bocas viperinas de ambos bandos.

México, los mexicanos, hoy más que nunca estamos divididos. Desde la “mañanera” no se abona en nada a la unión del pueblo, por el contrario, los ataques y descalificaciones son el pan de cada día.

Gane quien gane, ya sea la candidata de la continuidad o la del cambio, debemos darle la oportunidad, por lo menos un año, de demostrar que puede con el paquete.

Yo recuerdo que, al momento de votar, de estar frente a la urna con la papeleta, en junio del 2018, marqué el nombre de ALMO para Presidente de la República bajo el mismo pensamiento.

“Está bien. Venga la alternancia. Se trata de un gobierno de izquierda. Hay que darle chanza de trabajar y en un año veremos si da el resultado que todos deseamos”.

Pero no. Salió vana la nuez. Hoy por hoy estamos al borde de una dictadura muy similar a la del presidencialismo que ostentó el PRI durante más de 80 años.

Pero bueno. No nos desviemos del tema central, que es el respeto que como personas bien nacidas debemos a las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres.

¿Qué hubiera escrito Neruda? ¿Qué habría pintado Picasso? (Se asoma Arjona a la columna y hace un ademán, acercando y alejando la mano derecha abierta, como diciendo que me va a acusar por plagio).

Por las mujeres hacemos todo y sin ellas no somos nada.

Paris tuvo que cruzar el mar para robarse a Helena y Menelao, su esposo, tuvo que llevar la guerra a Troya para rescatarla.

Clyde dio su vida por salvar la de Bonnie, pero al final los dos famosos ladrones cayeron muertos por las balas de la ley.

La Bestia se convirtió en un guapo príncipe al enamorarse de Bella. Shrek peleó contra un dragón por sacar de su encierro a Fiona.

Y con todo lo que los hombres somos capaces de hacer por las mujeres, ¿hay alguien que aún esté dispuesto a denostar a esas respetables damas que buscan dirigir el destino de México por los siguientes seis años?

Los dejo con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Arjona: “Luego, si ocuparan la superficie lunar, existiría una cantidad mayor de cosmonautas que partículas de sílice en el océano”.  (Y si habitaran la luna, habría más astronautas que arenas en el mar).