REFLECTOR

Opinión

/ Gilda R. Terán.

Sin duda alguna la tampiqueña Olga Sosa, candidata al Senado por el partido
de MORENA, va “arrasando” con sus propuestas rumbo a la Cámara Alta, es
una mujer activista y confiable.
Si bien recordamos la candidata tiene mucho capital político consolidado, ya
que siempre ha dado respuesta a tantas demandas de la ciudadanía, y se
caracteriza por su humanismo a las buenas causas.
Olga Sosa, se ha caracterizado por su empatía y carisma, es una mujer abierta
al dialogo, y lo más importante es una gestora incansable, con rápidas
respuestas esto es debido a su capacidad para accionar
Por lo tanto, sigue avanzando en la talacha de la promoción del voto para las
próximas urnas, y es que candidata se mueve como “pez en el agua” en estos
temas de proselitismo.
Y es que como Legisladora hizo historia para presentar iniciativas para las
necesidades sustentables del Estado dirigidas para ayudar a la población más
necesitada.
Olga, una candidata con la empatía a flor de piel, con el carisma para entablar
negocios y producir resultados óptimos en todas las talachas que ha
emprendido para favorecer las necesidades de la ciudadanía.
Se ve “a leguas” que en su activismo proselitista avanza a grandes pasos
rumbo al Senado, en estos más de 20 días de campaña ha recorrido varios
municipios para pedir el voto a la ciudadanía en estas elecciones próximas,
recorre toca puertas y escucha las demandas más sentidas de la población.
Por lo tanto Olga Sosa, con empatía y sensibilidad, sigue abriendo caminos
para que se adhieran a sus proyectos y las jornadas proselitistas rumbo al
Senado.
HUMILDAD, “VIRTUD DE LOS GRANDES”.

Sin duda alguna que los seres humanos en ocasiones van acicalados para
alcanzar el reconocimiento, la notoriedad, relevancia, y van por sus senderos
llenos de vanidad, deseando ser admirados por todos para satisfacer su ego.
Y es que esa admiración excesiva y exagerada hacia ellos mismos, con sus
supuestos dones y capacidades, los lleva al más alto narcisismo, dejando a un
lado, uno de los verdaderos poderes que tenemos en nuestra mano pero que
muchas veces desdeñamos, me refiero a la humildad.
Es esa gran virtud del ser humano, contraria a la soberbia, que sirve para
reconocer las propias debilidades, cualidades y capacidades, y aprovecharlas
en las relaciones con los demás, poniendo lo mejor de uno mismo y sacando
los mejores valores de quien tienes enfrente.
Sabía usted, que el poder de la humildad, aporta lucidez, valor y fuerza, para
detenerse a pensar y ver las cosas en toda su realidad, ayudándole a ver lo que
es verdaderamente importante, le da esa paz interior que le permite tomar
buenas decisiones.
Se necesita grandeza del alma, para andar con prudencia y sencillez, es cierto
que hay temor que vean su vulnerabilidad, sus debilidades, sus puntos flacos y
limitaciones, no obstante este valor traerá fortaleza.
Pues casi siempre la sencillez abre las puertas que la prepotencia cierra,
porque el poder de la humildad demuestra valentía, fortaleza y confianza en
uno mismo, engrandeciendo a las personas dotando de prudencia a la vista, a
la escucha y a la palabra.
Los humildes dan lecciones de vida a la humanidad envidiosa, egoísta y
vanidosa, ya que es el mayor signo de sabiduría porque descubren el arte de
vivir y de saber conducirse en la vida.
Hasta la próxima.
gildateran@yahoo.com.mx