Al Vuelo-Charolastra 2

Opinión

Por Pegaso

Una disculpa. Mea culpa.

La columna que publiqué ayer, intitulada: “Charolastra” la hice sin saber que se trataba de un video que le tomaron al jovenazo Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de Xóchitl Gálvez, candidata a la Presidencia de la República hace alrededor de un año.

De haberlo sabido, no habría elaborado ese artículo tal como apareció en este prestigioso espacio informativo.

Reproduje la versión estenográfica del monólogo que se aventó en las afueras de un antro, en la Ciudad de México, en evidente estado de ebriedad.

Todas sus leperadas y majaderías, su comportamiento que deja mucho que desear, y hasta hice una comparación con los protagonistas de la película “Y tu mamá también”, Gael García Bernal y Diego Luna.

Pero bueno. Ya se publicó. Me vuelvo a disculpar.

¿Y por qué lo hago, si la columna solo reflejó un bochornoso suceso en torno a este chavalón que le ayuda a su progenitora a ganar votos para que sea la próxima Presidenta d México?

¡Pues porque se ve metida la cochinota mano del Gobierno!

Son los trabajos que en la época del priísmo hacía el CISEN y que ahora lo hace la oficina que tiene las mismas funciones, pero que ahora recibe el pomposo título de Centro de Inteligencia y Seguridad.

Es fácil deducirlo: En plena campaña sacan el video del hijo de la candidata opositora para que se haga un escándalo y sirva como cortina de humo que tape las corruptelas de los hijos del Pejidente ALMO.

Hasta por ahí salió la No Primera Dama, Beatriz Gutiérrez Muller, defendiendo al vástago de su enemiga política para, indirectamente, defender a los suyos, como diciendo: “Miren, cualquier hijo puede cometer errores, pero es algo natural y no tienen por qué usar esos errores en contra de sus padres”.

Así, pues. Pido disculpas, no por haber expresado mi opinión, sino por haberme prestado indirectamente a tal mamotreto. Le hice el caldo gordo a la Cuarta Transtornación.

De haber sabido que los hechos ocurrieron hace un año, lo hubiera pensado mucho antes de escribir el artículo.

Pero a lo hecho, pecho. Palo dado, ni Dios lo quita.

No digo que no estuvo mal lo que hizo. ¡Claro que estuvo mal! El jovenazo tiene ya 27 años y sabe lo que hace. Se pasó de lanza, como dicen. En punto pedo, le pareció buena idea ponérseles al brinco a los robustos guardias del antro con expresiones vulgares, soeces, clasistas y homofóbicos, sin pensar que con una mano pudieron haberle dado una chinga de colores.

Pero no solo por eso sino que, al ser su mamá una figura pública, la pasó a perjudicar de manera tal vez irremediable.

Fue por eso que ahora sacó un video en donde se disculpa ante todos los mexicanos, señalando que eso ocurrió el año pasado y que ya pidió perdón a los sufridos y abnegados guardias que entendieron las burradas que nos hace decir y hacer el alcohol.

Con pucheritos y casi soltando lágrimas, dijo que ya no lo volverá a hacer y que a partir de ahora se portará mal, que renuncia al cargo de Coordinador de “Jóvenes con Xóchilt”, aunque seguirá ayudándole a conseguir votos, ¿o a desconseguir? Yo ya no lo sé.

Viene el refrán estilo Pegaso, cortesía de El Chavo del Ocho: “¡Ocurrió sin anhelar, anhelando!” (¡Fue sin querer, queriendo!)

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