Los emisarios del pasado

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder

Marcos 2:22

A propósito de la «operación política» que llevan a cabo los jefes de campaña de morena en el sur del Estado, particularmente en Tampico, me viene a la mente, por asociación de ideas, el pasaje bíblico del vino nuevo y los odres viejos.

Los neo morenistas, que aún no reniegan públicamente de su filiación priista, y que su ingreso a la Cuatro T se ha dado por la vía de los cargos públicos y las tareas de campaña, más no por la afiliación al partido morena, representan los odres viejos que no logran contener (almacenar y conservar en buen estado) al vino nuevo, a las nuevas siglas, a un segmento de la población que desea ver otras prácticas y otros actores al frente de la vida pública.

Que los nuevos consejeros políticos del señor recurran a las amenazas y a todas las malas prácticas de los priistas, no tiene por qué extrañarnos, es lo que conocen y saben hacer.

Que vean a Eugenio Hernández como el principal activo de esta campaña, no debe sorprendernos. Con Geño hicieron fama y fortuna, y sabido es que la autocrítica nunca ha sido una de sus virtudes, por lo que siguen endiosados con el mariguanito, de quien esperan la ayuda milagrosa para levantar la votación en los municipios y distritos complicados para morena y aliados.

Están tan cegados con el candidato del perico (Geño) que no se dan cuenta de la afrenta que representa para el gobernador, que supongan que requieren de emisarios del pasado para conseguir votos.

El plan C les vino como anillo al dedo a personajes que no tienen afinidad con morena, ni con los partidos coaligados, ni con él obradorismo, ni con la Cuatro T y que hoy ocupan posiciones de poder y espacios en el gobierno, en donde desarrollan agendas propias y persiguen beneficios personales y para sus camarillas.

Y para no quedarme en generalidades, lo digo por personajes como Antonio Martínez Torres que como chivo en cristalería a hecho estropicios en la zona conurbada. No pasará mucho tiempo para que se pueda hacer un balance de costo beneficio de la política del garrote y la amenaza del Chiquillo cariñoso.

Pero lo digo también por otros personajes que han abusado de su posición y de la confianza que aún les tienen en palacio, para entrometerse en temas muy ajenos a su cargo, como es el caso del rector de la UAT Dámaso Anaya, que motivado por sus aspiraciones políticas de ser gobernador, anda de metichón en la estrategia y en la campaña, mientras la UAT sigue inmersa en el proceso de descomposición que le caracteriza desde hace mucho tiempo.

Otro que debería recordar aquello de que poco aprieta el que mucho abarca, es el Coordinador de comunicación social, Francisco Cuéllar Cardona, que también anda de oficioso en asuntos políticos y de campaña, confiado en que ya encontró la fórmula de esconder sus fallas y su ineptitud, acusando de todo y por todo a Cabeza de Vaca, y pagando al vocero presidencial para que cada quince días nos recuerde que «el gobernador de Tamaulipas es un buen hombre».

Por cierto a Francisco Cuéllar que tanto le gusta hacer organigramas del supuesto grupo de periodistas al servicio de Cabeza de Vaca, le comento que ya le tengo listo el organigrama de la clicka de los Carmona, en el que ocupa el lugar primero, en tiempo, importancia y afecto, en el cuadrito de los operadores de prensa.

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