Por Marcos Olivares
En nuestro país se acostumbra que una vez que cambia el gabinete gubernamental, se le da la vuelta a la página e inicia una nueva era pública que conlleva impactantes cambios en nuestra vida diaria, y no siempre son para bien.
En este caso, no es la excepción, a partir de octubre de este año se inaugura un capítulo diferente para México, primordialmente porque será gobernado por una mujer, el primer presidente de sexo femenino, y esto ha creado muchas expectativas, por temas que no son de este espacio, pero que, si enfrentará a nuevos retos que no son peritas en dulce, sin embargo, requieren de mucha atención.
Tal es el caso de:
1.-Energía Eléctrica (suficiente y renovable)
2.- Agua (Limpia y suficiente)
3.- Seguridad (garante de la integridad ciudadana y la soberanía nacional)
4.- Sistema de Salud (funcional y oportuno)
5.- Educación de Calidad (para todos)
6.- Certeza Jurídica (y Estado de Derecho)
7.- Sistema Económico Sustentable
8.- Políticas Ambientales Sostenibles
9.- Gobierno Ético y Eficiente
10.- Fortalecimiento del Sistema Político Mexicano
Algunos considerarán el orden de otra manera, sin embargo, los primeros dos son de atención inmediata, ya que sin ellos no podríamos subsistir en esta vida. En la actualidad con esta temperatura que rebasa los 40 grados Celsius, la insuficiente infraestructura de la red eléctrica y la galopante sequía en nuestro país, requerimos de manera urgente considerar cambios en las políticas públicas y cambio en nuestros formatos de vida.
De otra manera no vamos a necesitar que llegue otro meteorito y acabe con las especies que aún ocupamos el espacio de este planeta, nosotros mismos provocaremos nuestra extinción al no atender la hipoteca ecológica que cada año batalla más La Tierra en recuperar sus ciclos de renovación.
La influencia humana ha aumentado la temperatura media del planeta a una tasa que no tiene precedentes en los últimos 2 mil años. Dicho comportamiento afecta a cada región habitada del planeta y se expresa en cambios observados en el clima y en eventos meteorológicos extremos como huracanes, sequias prolongadas, lluvias torrenciales, inundaciones, granizadas, heladas, entre otros fenómenos que afectan las actividades productivas, y potencialmente la salud e integridad de las personas (IPCC, 2014).
Por las condiciones geográficas y socioeconómicas de México, es particularmente susceptible a los efectos del cambio climático (INECC, 2019a). Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la vulnerabilidad al cambio climático en México abarcaría el 16 % del territorio nacional, afectaría al 68 % de la población y perjudicaría el 71 % de la economía (OCDE, 2007).
De acuerdo con el índice de riesgo climático global, México ocupa el lugar número 10 de países con mayores perdidas económicas por el cambio climático de 1999 a 2018 (Eckstein, Künzel, Schäfer, y Winges, 2019).
Los científicos no se equivocan, pero nosotros hacemos oídos sordos a sus señalamientos y alertas, basados estos en razonamientos e investigaciones científicas, de los cuales estamos padeciendo actualmente, y culpando a las autoridades por la falta de atención.
Sin duda, o nos ponemos las pilas o la hipoteca de la tierra la vamos a pagar muy caro. Por lo pronto le meteremos mano al bolsillo para adquirir equipamiento y paliar de alguna manera las horas o los días sin energía eléctrica.
El futuro de la energía es eléctrico, y el futuro de la electricidad es renovable. Benigno Villarreal
El tema da para más. Ya lo abordaremos más adelante.
Referencias: CIEP – Centro de Investigación Económica y Presupuestaria
IPCC – Intergubernamental Panel on Climate Change
INCC – Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático
Marcos Olivares
14 Junio 2024
