De los cambios necesarios en el gobierno

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar.

Raúl el Acuaman Quiroga es uno de los funcionarios que debe irse. Su protagonismo y sus ganas de figurar, han sido inversamente proporcionales a los resultados que ha ofrecido como titular de una dependencia que dejó de ser una entidad de carácter técnico, para convertirse en una oficina de ocurrencias y justificaciones.

Acuaman ha sido un funcionario mono temático al que solo le mueve, le interesa y se involucra, en el proyecto de construir otro acueducto de la presa Vicente a Guerrero a Ciudad Victoria.

En Nuevo Laredo se negó a apoyar un proyecto de aguas residuales que se lleva a cabo con inversiones del gobierno local, de la COMAPA de Nuevo Laredo y con fondos perdidos del Nad Bank. El gobierno del Estado (Acuaman) se involucró casi por exigencia del organismo internacional Cocef, y de mala gana.

En Reynosa, y con una asociación público privada, se construye una presa «rompepicos», que servirá para dosificar los escurrimientos pluviales. Se ocupan ocho vasos reguladores similares y el gobierno municipal ya está invirtiendo y construyendo el primero. Treinta y cinco mil hogares que se han inundado en el pasado, serán los beneficiarios de esta primera presa. El gobierno de Tamaulipas (Acuaman) no ha aportado ni un solo peso para estas obras.

Tampico, Madero y Altamira, pasaron de ser el obscuro objeto de los deseos del Acuaman, para robarles el agua, a padecer una sequía que parecía imposible en esa región. A nombre del gobierno de Tamaulipas, el Acuaman Quiroga expresó su beneplácito y su apoyo a la construcción de un ducto para llevar agua del sur de Tamaulipas a la zona metropolitana de Monterrey. Al Secretario del Agua de Tamaulipas no le importó comprometer el agua de los tamaulipecos, si eso le representa un beneficio a Ciudad Victoria. Enterados del irresponsable desperdicio de miles de litros de agua dulce tirados al mar, por parte de un centenar de pescadores, el Acuaman no pudo, no quiso y ni siquiera intentó meter orden en ese asunto.

En Matamoros comprometieron las aguas residuales y en el futuro se le entregarán a un particular (empresa con fachada de Fundación). El pretexto de generar hidrógeno y de corresponder con obras para el sistema de saneamiento de aguas residuales, fueron las razones para pactar la entrega del agua. El texto del contrato es preciso en cuanto a las obligaciones de las autoridades de Matamoros: entregar el agua residual; pero la contraprestación no establece montos, ni tiempos, ni volúmenes, ni inversiones mínimas. El Acuaman, en vez de frenar ese atraco, intervino para repetir el esquema en otras ciudades tamaulipecas.

Ha sido muy evidente que el Acuaman Quiroga no tiene la capacidad de dirigir esa Secretaría de muy reciente creación. En lo que va del sexenio (casi dos años) se ha ocupado única y exclusivamente del suministro del agua a Ciudad Victoria, incumpliendo los requerimientos y mintiendo respecto al avance de las gestiones para el proyecto de la segunda línea del acueducto, en la fallida exploración de pozos profundos y en el supuesto «bombardeo de nubes», que mucho me recuerda el chiste del hombre tan poderoso que le ordenaba al sol salir por el oriente.

Incluso a los habitantes de Ciudad Victoria les ha fallado el ministro del Agua, pues casado y cegado con un único proyecto, -la segunda línea del acueducto- ha dejado de pensar y actuar en otras opciones, como la construcción de tanques almacenadores (macro tinacos) y la optimización del acueducto en funciones que requiere el desazolve del sitio «de toma» y el cierre de las compuertas que mantienen abiertas los usufructuarios de ranchos que ya fueron indemnizados y que deberían ser parte del vaso.

Lo que podría ser la mayor innovación en la administración estatal de parte del gobernador, la creación de la Secretaria de Recursos Hidráulicos, que estoy seguro fue inventada con razones y argumentos objetivos y racionales, pero también motivado por recuerdos, afectos y sentimientos (cuestiones subjetivas), puede terminar en el mayor de los fracasos de este gobierno si sigue al frente el señor Raul Quiroga Álvarez.

Con el Acuaman aplica perfectamente eso de que el hombre hace al cargo. El ejemplo es perfecto, aunque en sentido negativo.

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