URSULA

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

Señala la expresión popular que mientras la derrota es huérfana, el éxito tiene muchos padres (y madres), y lo digo pensando en los factores que se conjuntaron para que morena y aliados consiguieran el triunfo en la elección de Ayuntamiento en Tampico.

Escuchando a mis amigos del sur del Estado, y leyendo a los colegas que han opinado en relación a la elección que hará de la primera hermana de Tamaulipas, la primera autoridad civil en Tampico, me quedó con la explicación y síntesis que identifica a Mónica y Ursula como la acertada suma de factores (actores) que lograron el triunfo electoral.

Si bien Mónica Villarreal vendió esperanza, presencia, futuro, tranquilidad en las élites, influencia con su hermano, derecho de picaporte, expectativa de negocios, y todo lo que representa la cercanía con el jefe del poder ejecutivo del Estado, no fue menos relevante la aportación de la diputada Ursula Salazar Mojica.

La hermana se mueve y es aceptada en los sectores de medio alto para arriba. La diputada Mojica tenía y tiene pueblo, ha trabajado la base, es conocida en los sectores populares, es bien vista entre los «fundadores» del movimiento.

La diputada Ursula Salazar lleva varios años recorriendo las colonias de Tampico. Sumando adeptos al movimiento. Es heredera de una líder popular con arraigo en el municipio. En el ánimo popular, – en el imaginario colectivo-, no es poca cosa ser familiar del líder indiscutible del movimiento, del político más importante de México de las últimas décadas.

Su legítima aspiración de gobernar Tampico, reclamaba un tanto su atención y sus afanes, que también dedicaba a ser diputada y presidenta de la Junta de Coordinación Política en el Congreso del Estado.

Como líder de la fracción mayoritaria (aunque diezmada a cañonazos de cincuenta mil) lo hizo bien. Paró la sangría de diputados. Ha venido desmontando el mecanismo que armo el ex gobernador Cabeza de Vaca para «paralizar» el poder legislativo y conservar cotos de poder transexenal. Restableció la confianza entre los miembros de su fracción legislativa. Regresó el decoro y las buenas maneras a la asamblea. Ofreció un trato respetuoso a propios y extraños. Ha conseguido, con el apoyo de sus compañeros diputados, regresar a la normalidad al Congreso del Estado, en donde hoy se debate sin estridencias y sin ofensas.

Creo que el reto que tienen los futuros diputados es limitar la intromisión de los otros poderes, del judicial, al que recurren los panistas, y al ejecutivo, que históricamente ha tutelado al legislativo, cuando la mayoría es del mismo partido del gobernador.

Ocupada la presidencia municipal de Tampico por otro actor político que tiene y tendrá los afectos del gobernador cuando llegue el tiempo de la siguiente elección, creo que la diputada Ursula Salazar hará una mejor labor como legisladora y muy probablemente como presidenta de la Jucopo.

Aunque visualice la alcaldía porteña un tanto lejana en el tiempo, la diputada Ursula Salazar, no debe perder el contacto con el pueblo, no debe abandonar la buena costumbre de recorrer las colonias y dialogar con las personas que trabajan, cuidan a su familia, hacen deporte, batallan para conseguir el sustento, se educan etc. Por ellos y para ellos se debe trabajar en el Congreso y en todas las áreas y niveles de la administración pública y la política.