CONFIDENCIAL

Opinión Portada

 

Por ROGELIO RODRÍGUEZ MENDOZA.

Las lluvias torrenciales con que la naturaleza nos ha privilegiado a los tamaulipecos durante las últimas semanas, vinieron a poner fin a la crisis hídrica que nos agobiaba desde hace por lo menos ocho años.

La recuperación de presas y lagunas nos garantizan agua para todos los usos durante varios años, aun suponiendo que entráramos en una nueva etapa de sequía y ausencia de lluvias.

Esperemos, sin embargo, que lo anterior no sea pretexto para que los proyectos de construcción de la segunda línea del acueducto, “Guadalupe Victoria”, y la rehabilitación de la infraestructura hidráulica de Ciudad Victoria, sean enviados a la “congeladora” gubernamental.

Ambas obras son necesarias y urgentes porque esta demostrado que el desabasto de agua que padece la capital del estado tiene su origen principal en el mal estado del acueducto en operación, y en la gran cantidad de fugas que registra la red de distribución, y no en la poca disponibilidad del líquido.

Si el nuevo acueducto no se construye los victorenses seguiremos padeciendo el mismo suplicio del desabasto, porque la línea construida hace más de 30 años ya dio todo de si, lo que se refleja con las constantes fallas que presenta y que obliga a suspender el servicio.

Bajo esas circunstancias, el nuevo acueducto es una urgencia, si o si, para la capital del estado. Sería lamentable que, ¡oootra vez!, como ha ocurrido con anteriores administraciones, la obra quedara en el olvido.

Además, el acueducto significa mucho más que garantía de agua en los hogares victorenses. Significa también la posibilidad de detonar por fin el desarrollo económico de la capital tamaulipeca.

Es así porque una de las razones por las que las grandes empresas nacionales y trasnacionales han evitado instalarse en Ciudad Victoria, a pesar de su privilegiada posición geográfica con Estados Unidos, ha sido precisamente la insuficiencia de agua.

Por supuesto que también hay otros factores que han contribuido al rezago que ha frenado la llegada de empresas a Victoria, como la carencia de una red de distribución de gas, pero el principal motivo es la falta de agua.

De ahí la importancia del acueducto. Ojalá y las autoridades lo entiendan y concreten la obra, pronto. Es cierto, la inversión que se requiere es mucha, pero también el beneficio que generará será proporcional. Ciudad Victoria merece ya dejar de ser la capital más feíta en el país.

El RESTO.-

ROBO CON EL PAVIMENTO.- Desde hace años, existe una disposición legal que impone una obligación a los gobiernos: si una calle va a ser pavimentada por primera vez, deberá ser con pavimento hidráulico. Se trata de una norma que busca frenar la enorme corrupción que desde siempre ha prevalecido en los gobiernos con la reparación de las vías públicas.

Pues bien, en ese afán de acabar con lo que algunos llaman el “robo perfecto”, por aquello de que no hay forma de probar los desvíos millonarios que se hacen a través del “bacheo” de calles, no estaría mal que legisladores y gobernantes fueran impulsando una extensión a la norma vigente, para que obligue a ir generalizando la pavimentación hidráulica.

Es decir, que sea obligación gubernamental ir generando un programa anual para sustituir gradualmente los pavimentos con asfalto por pavimento hidráulico.

De esa forma se irá cerrando la puerta al desvío millonario de recursos públicos que ocurre periódicamente al amparo del deterioro de calles, sobre todo en temporada de lluvias.

Si verdaderamente hay voluntad para frenar el saqueo de dineros públicos, ya deberían los gobiernos ir transitando hacia una reforma legal en ese sentido.

Con el añadido de que no tendríamos que estar padeciendo calles destrozadas en cada temporada de lluvias.

¿O no?

ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com