DESDE ESTA ESQUINA.

Opinión

MELITON GUEVARA CASTILLO.

Durante años, cada vez que el PRI tenia un descalabro, se pronunciaba el reto: ¡renovarse o
morir! Y la verdad es que el PRI, o quienes lo manejaban, lo que menos les importaba era
la renovación, así que fueron empujándolo hacia la única alternativa posible: morir. Sin
embargo, hay que apuntarlo: muere como una institución de interés social, tal y como la
legislación electoral define a los partidos políticos, y se convierte prácticamente en
propiedad de Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como Alito.
Ahora, como quien dice, prácticamente todos los partidos políticos tienen dueño. El Partido
Verde es una franquicia que fundo Jorge González Torres; el Movimiento Ciudadano, esta
en manos de Dante Delgado; el partido del trabajo, de siempre, ha pertenecido a Alberto
Anaya y a su generación… Y, en este momento, ni se diga: Andrés Manuel López Obrador
cuenta con la escritura de propiedad de MORENA, no hay quien le haga sombra… Así que,
en este momento, solo el PAN esta sin dueño real, digamos, por un periodo largo.
ORIGEN.
Hay diversas explicaciones sobre como se forman los partidos políticos, eso sí, para
representar a un segmento de la población. El actual PRI nació como una necesidad de los
generales de la revolución para no autodestruirse. Fueron listos y estaban en lo correcto: el
pastel era grande, el poder político, y se lo podía repartir sin necesidad de destruirse. El
PAN según su historia, nació como una propuesta distinta al proyecto de nación del partido
de la revolución, que en la década de los 30, del siglo pasado era populista, pugnaba por la
lucha de clases, apoyaba a los campesinos y obreros…. El PAN fue la respuesta de los
ricos, el clero y el capitalismo extranjero.
Los partidos de izquierda, que se institucionalizan en el gobierno de José López Portillo,
nacieron con un estigma: dogmáticos, todos querían lo mismo, pero tenían caminos
diferentes para lograr su propósito. Las tribus destruyeron al PRD, por eso AMLO los dejo
y fundo MORENA y en los estatutos no se reconocen grupos… Claro, en la realidad
existen: se reconocen, por ejemplo, a los puros y a los purificados por la bendición de
AMLO; y hoy mismo, nadie discute que Marcelo Ebrard tiene un grupo y que Ricardo
Monreal no se queda atrás. AMLO y Alito, son a fin de cuentas pragmáticos.
RAZONES DE ALITO.
Alejandro Morena, si bien puede calificarse como el enterrador del PRI, vale señalar que
solo es producto del tipo de políticos que se forjaron en el partido y que, elección tras
elección, solo pensaron en sus intereses, en su familia y en sus amigos, de tal suerte que
gobierno tras gobierno fueron perdiendo adeptos, simpatizantes, votos y se notó en la
perdida gradual el poder en todos los órdenes.
En forma gradual Alito se fue adueñando del partido, hizo purgas, enfrento a opositores y
los neutralizo. Una y otra vez le hicieron señalamientos y el, en respuesta, fue concentrando

mas y mas poder partidista, no lo pudieron detener. Ahora, ante sus afanes reeleccionistas
que avanzan en plan triunfante, nuevamente salen sus opositores y les responde:
“¡Allá afuera, estos que se dicen que participaban del PRI, una bola de cínicos, de lacayos,
de esquiroles, al servicio del gobierno y de sus intereses, que quieren romper la unidad, a
cambio de la impunidad, pero ellos fueron el peor lastre de nuestro partido, ellos estuvieron
al frente cuando castigaron al PRI, con el Pemexgate; hay militantes del PRI vinculados al
asesinato de nuestro candidato presidencial y eso le costó al PRI, no vamos a tapar a nadie,
vamos a exigir cuentas, transparencia y los vamos a convocar a que cumplan con su
responsabilidad”
Difícil, en serio, no darle la razón: todos los priistas se acabaron al partido, porque nunca
pensaron en el pueblo. Y el mejor ejemplo esta en el gobierno de Enrique Peña Nieto: fue la
generación mas corrupta, por eso el pueblo, les volvió a dar la espalda y creyó en la
narrativa de AMLO: la mafia del poder, primero los pobres, no robar, no traicionar y
engañar al pueblo.
DESCREDITO Y MUERTE.
Difícil pensar que Alejandro Moreno pueda, o tenga capacidad, para hacer resurgir al PRI.
Tendrá, eso sí, capacidad para administrar los recursos que aun puede allegarse el partido,
pero de cierto solo hay una ruta, muy similar a la del PRD: se ira quedando sin adeptos,
tendrá menos votos en las elecciones, hasta llegar a reducirse como fue el PRD en las
ultimas elecciones… solo un membrete que sus dirigentes explotaron hasta donde el poder
se los permitió.