La Comuna

Opinión

 

José Ángel Solorio Martínez

La abogada, Luisa María Alcalde Luján, se enfila para tomar las riendas de MORENA en el país. Incuestionable su trayectoria en el movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que cambió la nación.
Como parte del Gobierno federal de la IV T, –Secretaria de Gobernación–, ha sido una expresión y un espacio con el cual el presidente AMLO, cumplió su compromiso con la juventud para ese necesario cambio generacional, en búsqueda del reemplazo de una clase politica vinculada a las peores prácticas del pasado.
Ella ha dicho que va.
Y hasta el momento, no han aflorado señalamientos negativos a ese deseo.
Como pocos servidores de la IV T del primer nivel del Gabinete lopezobradorista, tiene una hoja de servicios impecables.
La coyuntura nacional, desde la estrategia de MORENA, es altamente favorable para una dirigente como Alcalde Luján: joven, rostro limpio, militancia fuera de duda y servidora pública, comprometida, operativa. Será un contraste –“no somos iguales”, diría López Obrador– con las dirigencias de los partidos de enfrente: representantes oprobiosos del neoliberalismo que flageló por más de 30 años a México y ejemplos vivientes de la anti-ética política: Marko Cortés del PAN y Alito Moreno del PRI.
En tanto el PRIAN, se ve huérfano de una generación de cuadros de renovación y de oxigenación, el lopezobradorismo exhibe potencia y visión con la promoción –y se espera elección– de una joven consistente y de una trayectoria convincente en la larga batalla por la transformación de la nación.
Como Secretaria del Trabajo, articuló toda la política laboral de AMLO con atingencia; desde la Secretaría de Gobernación, manejó con prudencia e inclusión la politica interior mexicana. Su juventud, no fue una limitación para sus desempeños; al contrario: mostró que los nuevos cuadros morenistas tienen capacidad para tomar la estafeta de los trabajos para la construcción del segundo Piso de la IV T, que ha hecho compromiso suyo la presidente, Claudia Sheinbaum Pardo.
¿Qué atenciones requiere MORENA-TAM de la nueva dirigencia nacional?
1.- Agrupar a MORENA, como un verdadero partido en la región. Actualmente, su Comité Directivo Estatal, es una entelequia; y sus 43 Comités Municipales, son sujetos inoperativos. Sus triunfos, poco se debe a los candidatos y a la red partidista; se basaron, y han basado, en el liderazgo carismático y de masas de AMLO.
2.- Instrumentar una apremiante capacitación política a su militancia y a sus dirigentes, para que de ahí emergan servidores públicos, conscientes y claros de las tareas del Segundo Piso de la IV T en la comarca. (Actualmente, vemos a diputados que actúan más neoliberalmente que los neoliberales; y a alcaldes, gobernando como prianistas o un tantito peor).
3.- Abrir la oportunidad para que las militancias se den las dirigencias que deseen. Esto implica, el impulso de procesos de elección de dirigentes, abiertamente democráticos. Alejar lo más posible, las tentaciones de la autoridad pública, por imponer liderazgos. Escuchar a planitud la voz de los militantes.
4.- Generar al interior del partido, condiciones equitativas para la elección de dirigentes de partido y candidatos a cargos de representación popular. Eliminar la privatización de la política partidista. Es decir: desplazar los recursos materiales, como el principal elemento definitorio en los procesos internos de elección y selección.
Sin esas intenciones, MORENA podría iniciar su descomposición en Tamaulipas, más termprano de lo que se esperaba.