AL VUELO

Opinión

 

Por Pegaso

1.- Para callos duros, para callos molestos, callos en el talón, en la planta de los pies señora, señor, la manteca de papel, para callo o para mezquino, para verruga, para ojo de pescado, la manteca de papel, natural manteca de papel, buena, útil, efectiva, garantizada. Para arrancar callos, mezquinos, verrugas, ojos de pescado. La pomada para el dolor en la espalda, para el dolor en la cintura, golpes, calambres. Véala, patrón. Mire, la de ajolote. Aceite de ajolote, sábila, árnica, ruda, romero, trementina de ocote. La ruda, el romero, la belladona. Mire, para ese dolor muscular, calambres, torceduras, la pomada de árnica. Para ese dolor muscular, calambres, torceduras, la pomada de árnica para golpes, calambres, esguinces, el dolor muscular, el dolor articular. Una solución antimicótica buena, útil, efectiva, que le quita lo que es el hongo en la uña. Acérquese, pregunte…

2.- Yo qué. Yo ni las ocupo, porque ni vieja tengo. ¡Mire nomás! Le voy a dar para las personas, para el señor que la tenga grande… ¿Eh? La cama, la cama, no sea mal pensado, porque esta es para cama grande, para King size. Cobertor para quince de familia. Le voy a dar este cobertor con un tiguere. Señor, si a las dos, tres de la mañana siente que lo rasguña el tiguere, no es el tiguere, es la señora que quiere quitarle el cobertor porque tiene frío. Por eso, págueme ¿cuánto? ¡Ochocientos! Dales ese. Si me paga ochocientos ¡mire nomás! ¡El color cofee! El color café, el color serio como el amor de un abuelito de ochenta años. Aquí se tapa el señor, acá se tapa la señora y acá se tapa el querido. ¿Eh? Pero el querido niño chillón, consentido de la casa. Por este y por este págueme ochocientos. Ponles ese, ochocientos. ¡Mire nomás! Dales otro y si me paga ochocientos… ¡hijo de la tostada! Pues dale ¡mira nada más! Sale el color verde, el cobertor con las guaca, con las guacamayas, con mi tía Lorena, la Teresa y la Regina. ¡Mire nomás qué chulada! Dales ese. ¿Por cuánto? ¿Ochocientos? ¡Dales este otro! Señores, son tres cobertores King size. Págueme… bueno, no me pague ochocientos… ni siquiera setecientos. ¿Quién trae seiscientos pesos por todo el paquete con los tres King size? ¿Los quiere? ¿Si? Ahí te paga. Seiscientos.

3.- Ahora cuando fuimos a trabajar allá, a Caborca, Mexicali. ¡Híjole! No me digas cuántos paquetes de a doscientos. Otro, otro y otro. Cincuenta. ¿Quién lo quiere? Ahí te paga la patrona, de ese lado. ¡Agárrate, mi amor… digo, Leonor! Tan lindo muchacho. Abusado. No le vaya a sacar un hijo, digo, un ojo. ¡Échale otro, este otro y el otro! Ya ni modo. Estas canijas bolsas se aprietan como tu hermana, secretario. Cuando la traigo bailando allá en Acapulco. Échale otro, échale otro, échale ese, échale otro… ¡cincuenta! ¿Uno más? ¡Ahhhh! ¿Híjole! Ahora sí me agarraron. La patrona. De ese lado. Voy a dar el último, nomás porque estamos saliendo en el Canal de las Estrellas. ¡Aviéntamelo, papacito! Échale otro, échale otro. Cincuenta. Échale otro, échale otro… el último. Otro de cincuenta. Otro más. Otro paquete. ¿Ya no? ¿Ya no? Aquí lo guardo. ¿No? ¿No? Mira. Le voy a meter un juego de tazas. Ahora le voy a enseñar un juego de tazas para el chocolate. Mira nada más qué bonito. ¡Abusada!