AL VUELO

Opinión

Por: Pegaso.
VAQUETON
“Considero que a pesar de tener 21 años no estoy obligado a trabajar, porque básicamente yo nací sin mi consentimiento, o sea: Mis papás me obligaron a nacer, no me preguntaron si yo no quería nacer, no pidieron mi consentimiento y no tiene sentido de que porque mis papás hayan querido darme la vida hace 21 años, ahora yo tenga que trabajar. O sea: Si yo no pedí nacer, ¿por qué tengo que trabajar ahora? Que me mantengan ellos y listo, porque si me quisieron tener, que me mantengan. Así de simple”.

Palabras de un jovenazo flacucho, de gafas de fondo de botella, piercing en la nariz y pelo rizado que se hizo viral en Tik Tok a causa de esa postura irresponsable y poco solidaria con sus progenitores.

El vaquetón no quiere trabajar. O eso fue lo que dijo en el video que causó indignación a nivel mundial y compitió por la atención del público con la también famosa RoRo que le lava los chones y le hace de comer a su novio.

Pero resulta que @hassanazteca, como se hace llamar en Tik Tok, es un verdadero socarrón, porque en entrevistas posteriores mencionó que todo fue una broma, y que en realidad sí trabaja en las redes sociales, donde obtiene ingresos que le permiten sufragar sus propios gastos.

Pero eso me recordó aquella famosa frase de Arjona que dice: “Me bautizaron cuando tenía dos meses y a mi no me avisaron, hubo fiesta, piñata y a mí ni me preguntaron”.

O aquella otra pegajosa cancioncilla que a la letra dice: “¡Lunes! Principio de semana, ¿principio de semana? No vo’ a tabajá’, no vo’ a tabajá’”, y así el vaquetón se la pasa toda la semana sin hacer nada, las 25 horas del día, como decía el difuntito Carlos Ibarra. Cuando alguien le hacía ver que el día tenía solo 24 horas él contestaba: “¿Y la hora de descanso?”

Pero en principio, la postura del jovenzuelo talegón es más común de lo que podemos imaginar.

Quienes piensan que no pidieron nacer y que sus padres tienen la responsabilidad de mantenerlos hasta que se mueran, déjenme decirles algo: Cuando los gametos de sus padres se fusionaron, determinaron las características del nuevo ser. No había manera de que ellos escogieran que su hijo fuera rubio, alto y de ojos azules. Mucho menos, el nuevo ser que estaba en formación, porque aún no era consciente del proceso.

Desde ese punto de vista, no existe responsabilidad. Solo ocurrió porque así es la naturaleza. Lo que ansiaban los padres, en todo caso, es tener un hijo consciente de sus responsabilidades dentro de la familia y de las que tendría que adquirir una vez que se emancipara y formara la propia.

Ahora bien, para los que creen que hay algo así como un espíritu, la responsabilidad no fue de los padres, sino del alma que entró en ese cuerpo.

Y para los que piensan que nos trae la cigüeña, la culpa la tiene el ave zancona, por equivocarse de domicilio, porque a lo mejor el chamaco estaba destinado a ser hijo de un político y no de una familia trabajadora.

El caso de @hassanazteca, fuera de cualquier dilema de tipo moral que pueda afectar a los padres que tienen a un hijo vaquetón, nos muestra la facilidad con que uno se puede hacer viral en Tik Tok.

Basta hacer aun video estrambótico, estrafalario, ridículo o francamente estúpido para que muchos usuarios se ganchen y reacciones a él.

Como aseguró el chavalón en una entrevista. Recibió mentadas de madre de todo el mundo.

“No entendí lo que me decían en ruso, pero por la forma en que lo dijeron, estaban muy enojados conmigo”-reveló.

Entonces, mis dos o tres lectores ya conocen la fórmula. Háganse virales. Háganse famosos y verán la cantidad de lana que les va a llegar de parte de Tik Tok.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “¡Lánzate dicha peonza a la lámina queratinosa del dedo!” (¡Échate ese trompo a la uña!)