PRIVACIDAD SIN ETICA

Opinión

Dr. Adán W. Echeverría-García

Casi siempre que llamamos a los teléfonos de una empresa bancaria, o de otro tipo, nos dice una grabación: “Si quiere puede consultar nuestro aviso de privacidad”; lo que nunca nos piden es leer y consultar su Código de Ética. Y es que justamente el tema de la ética es lo que les falla a la gran mayoría de las empresas. La normatividad ISO les pide construir y siempre tener a la vista su Política de Calidad, pero tampoco se mete con su Código de Ética. Al parecer el Código de Ética no es parte de la Calidad necesaria que debe tener una empresa.

Es posible que en toda empresa exista un Código de Ética y un Código de Conducta, pero no está a los ojos de los usuarios, de los potenciales usuarios. De mucho nos serviría conocer cuáles son los códigos de ética de las Empresas de los Medios de Comunicación que permiten, escudándose en la Libertad de Expresión, las difamaciones, mentiras, montajes, chantajes, e incluso intentos de intimidación y hasta de extorsión de muchos de los Comenta Noticias que sostienen frente a cámara, a quienes les prestan micrófono, o les validan la pluma para permitirles publicar sus “insultos” e intimidaciones, o las sobradas mentiras a las que son tan asiduos.

“Yo no sabía” dijeron Lilly Téllez y Carlos Loret de Mola por casos trágicos en la memoria de los mexicanos. El de Téllez se trató de una entrevista sobre la desaparición de una niña, para luego descubrir que Téllez había grabado la entrevista a la madre de la niña sentada justo en la cama, bajo la cual habían metido y escondido el cadáver de la pequeña; el cuerpo se encontraba ahí mientras la hoy senadora del partido acción nacional tejía el melodrama que pasaba en vivo por la televisión pública. Los casos de Loret de Mola son ya del dominio público: “Yo no sabía”.

El mismo “Yo no sabía” dijo Danielle Dithurbide sobre el falso caso de la niña que estaba bajo los escombros de un plantel educativo que había caído durante un terremoto; cuando se aclaró que todo había sido un montaje de los medios: Dithurbide terminó diciendo, junto con Denise Maerker: “No sabíamos”. ¿Dónde queda la ética de estos comenta noticias?

Ahora Raymundo Riva Palacio, tras su ya tan comentada: “hoy la verdad ya no es relevante para los columnistas de México”, esta semana saca una más que se volverá clásica: “López Obrador engañó con la verdad”. Ni los más grandes filósofos de la humanidad podrían descifrar tal sonsera publicada en medios nacionales. ¿Cómo se engaña a alguien con la verdad?

Uno de los más grandes problemas que enfrenta México ha sido, es y -al parecer- continuará siendo, el tener con micrófonos, frente a cámaras, cometiendo el asesinato de árboles y árboles, para papel periódico que sostenga estas máximas de la imbecilidad.

Y no es culpa de los lectores, ni de los radio escuchas ni de los televidentes, sino que por décadas no hemos podido evita que esta gente siga evidenciando su estulticia en los medios nacionales, y haciéndose pasar por intelectuales: “Yo no sabía”, “Me fallaron mis fuentes”, “México será una dictadura, no; será una República Totalitaria, no; será una Mayoría Totalitaria; no, será un Imperio Tropical, un Estado Soviético del Trópico”, o… dejo lo mejor para el final: “Un algoritmo diseñado por cubanos y venezolanos se implantó en el INE para cambiar todos los votos que recibió la señora X por el nombre de la señora C”.

¿Dónde queda la ética de estos personajes? ¿Quién dentro de sus oficinas los detiene, los lee y corrige? Nadie. ¿Quién puede criticarlos? Nadie. Pues desde que se comenzaron a criticar sus mentiras, a exponerse sus berrinches, ellos -con todo el alcance que sus plataformas les presta- acusan: “Dictadura, Nos Persiguen, Nos quieren Callar”. Cuando tan solo se les ha evidenciado frente a todos los mexicanos.

Como dice el maestro Jorge Lara, el plan ha sido simple: ¡Que se arruinen solos! Y ellos han sabido hacerlo.