Líderes Competitivos

Opinión

Por Marcos Olivares

MOTIVAR O INSPIRAR

Estos últimos días han sido de mucha satisfacción profesional, pues tuve la oportunidad de dictar dos conferencias en el Instituto Tecnológico de Reynosa. La primera, “LIDERAZGO JUVENIL”, a invitación del Rotaract Tecnológico de Reynosa, con auditorio lleno, como parte del ciclo de conferencias que éste juvenil Club Rotario, ha diseñado para atraer compañeros estudiantes a sumarse a los esfuerzos que estos realizan para desarrollar el liderazgo juvenil, fomentar la amistad y brindar servicio a la comunidad.

La segunda, a invitación expresa de la propia institución educativa, en el marco de los festejos del XXXVI Aniversario de su fundación, con el tema “LÍDER ON LINE”. Pleno de alegría por haber dejado un mensaje de inquietud para prepararse desde ahora, pues quedó claro que la pandemia ha modificado los formatos de vida personal, académica y profesional. Han dejado de ser paradigmas y se han convertido en verdaderas realidades, con las cuales tenemos que vivir y construir vidas futuras, principalmente los jóvenes.

Le agradezco en mucho a los jóvenes de esta prestigiada institución, por abrirme sus puertas para compartir mi tema favorito: Líderes Competitivos.

En esta ocasión, vamos a abordar un aspecto que me parece muy Ad-Hoc a nuestro tema de Líderes Competitivos. En la actualidad, los paradigmas tradicionales están también mutando y creándose nuevos, que están revolucionando nuestros modelos de vida. Y en el mundo empresarial concretamente, encontramos estilos o modelos de ejercer el Liderazgo, tal es el caso que me pregunto, ¿Mandar y Controlar o Confiar e Inspirar?En ámbito empresarial, el objetivo básico de toda empresa es definitivamente generar utilidades económicas. Sin embargo, los Líderes de estas pueden asumir dos formas de lograrlas con su equipo de trabajo.

Los Líderes de Mandar y Controlar operan bajo un esquema de posición y poder, mientras que los de Inspirar y Confiar, operan bajo un paradigma de personas y potencial.

Stephen M.R. Covey lo describe con mucha puntualidad en su Libro “Confiar e Inspirar”. En ambos casos los Líderes logran los objetivos institucionales de obtener utilidades, según se define en el presupuesto anual, sin embargo, el primero no da algo más, resulta insuficiente, mientras que los segundos, consiguen el compromiso franco, otorgado con libertad y entusiasmo, involucrando al equipo en un nivel mayor de responsabilidad y satisfacción en los objetivos del proyecto, produciendo mejores resultados.

El primer modelo Cumple, el segundo Compromete, transforma, fomenta el trabajo en equipo, es innovador, inspira con su ejemplo y desarrolla más líderes, delega, empodera y los hace que crezcan profesionalmente.

No es fácil para un Líder Inspirar a su equipo, por eso se invento una ciencia llamada Motivación, que funciona porque los mueve hacia la consecución de los objetivos del proyecto, eso nos lleva la famosa teoría de la zanahoria o el palo.

La zanahoria ofrece recompensa y el palo castigo.

Estrategia que manipula a la persona con el propósito de conseguir un fin, modelo que dio resultados exitosos en los inicios de la industrialización, condiciona no desarrolla, el modelo es cerrado, ofrece éxito a corto plazo, pero al largo regularmente deja de funcionar.

Daniel Pink en su libro La sorprendente verdad sobre como nos motiva, llama a esta teoría motivadores extrínsecos, pero con los problemas de actualidad hay que pasarlos a motivadores intrínsecos, centrándose en los niveles superiores de la “Pirámide de las jerarquías de las necesidades” de Abraham Maslow, Pertenencia, Estima y Autorrealización.

La idea, dice Pink, los seres humanos poseen un impulso interior innato a ser autónomos, auto determinados y estar conectado entre sí, y cuando se libera ese impulso, las personas consiguen más cosas y son más exitosos, de ahí la Inspiración; si ya seleccionaste al individuo que tiene la capacidad y habilidades, señálale el objetivo y alcances, y déjalo que saque su chispa interior, para que encienda su fuego interno de entusiasmo y pasión auténtica.

Inspíralo no le exijas, infunde confianza no lo sofoques, y seguro que sus resultados serán los esperados, y quizás más allá de ello.

Cuando inspiramos a otros, generamos confianza y compromiso, se auto prohíben fracasar, toman con mucha responsabilidad la tarea asignada, lo hacen suyo, y gozan el éxito y se ponen metas más altas, toman mayores desafíos y alcances.

La responsabilidad y el orgullo conducen a la creatividad y al deseo de innovación constante, los convierte en personas felices.

La pregunta sigue vigente, ¿Movemos a las personas a la acción o las inspiramos?