ORBE

Opinión

 

Ma. Teresa Medina Marroquín.-
LOS CONSERVADORES VAN POR UN EMPERADOR; ¿MÉXICO ESTÁ
INGOBERNABLE?
¿A qué se deberá que de pronto mucha gente supone que el lenguaje dejó
de ser el vínculo de comunicación y entendimiento entre las y los
mexicanos?
¿Por qué tanto escándalo, pasiones, arrebatos y ofuscaciones por la
Reforma Judicial?
¿Será porque detrás de todo esto se encuentran agazapados intereses
portentosos que la gente común y corriente ni siquiera imaginamos?
¿Y por qué causa, motivo o razón las palabras ya no alcanzan en lo social y
menos política, para que mediante argumentos serenos y no
enfrentamientos que en un descuido pueden desatar una guerra civil, un
sector rechace negociar semejante cambio a la Constitución Política?
Vámonos entendiendo:
¿Acaso no es meta principal y trascendente de todo gobierno proponer a
sus congresos reformas constitucionales que apliquen grandes catarsis a fin
de que la población viva mejor?
¿O lo que se pretende es que “Juan Pueblo” siga miserable, vistiéndose con
ropa rústica, calzones de manta, con alpargatas, incluso descalzos, con
ruanas raídas, ponchos que no cubren del frío, con viejos sombreros de
palma, a las órdenes del amo, y sin la oportunidad de que sus
descendencias escalen lo que padres y abuelos no pudieron?
Y si no es así, ¿entonces por qué las quejas, las protestas, la injuria y el uso
de todo un movimiento político y la fuerza ilegal para detener cambios tan
profundos?
¿No votó el país –en esta democracia– para hacer posible estos relevantes
ejercicios de gobierno?

Esto es como cuando los jueces dictan sus veredictos: a unos les va muy
bien y hasta celebran que la justicia haya estado de su lado.
Mientras que las contrapartes no sólo pierden, sino que las tripas se les
retuercen. Nadie quiere perder, mucho menos los que se creen superiores a
todos. ¿No es un símil más o menos parecido?
Y, salvo que el ala conservadora de esta nación considere y exija que todas
las cosas permanezcan inmutables, lo real es que la misma dinámica de las
estructuras sociales demandan estos grandes cambios.
No se puede permanecer en una parálisis política, social, económica e
histórica. Pero ellos sí quieren, hasta traer un nuevo Maximiliano de
Habsburgo.
EL PODERÍO DE LOS DUEÑOS DEL DINERO: BLACK-ROCK, FMI,
RESERVA FEDERAL Y WALL STREET
Pese a todo, siempre será normal, como lo señaló Andrés Manuel López
Obrador, que el imperio se meta en la vida interna y las decisiones de las
naciones de este continente.
Eso dijo el tabasqueño como una salida cómoda a una pregunta difícil. Hay
otros más diablos y poderosos muy arriba.
Lo que pasa es que la tradición así maneja la narrativa muy sentida por
causa de los 2 millones 500 mil kilómetros cuadrados de país que nos
quitaron en 1848. Aunque eso es pura historia. Las cosas ya no son así.
Porque resulta que esos intereses ya no los representa Ken Salazar ni con
su comentario de que la elección de jueces es un riesgo para la democracia
en México.
No es tampoco el gobierno del vecino país del norte. Son las nuevas
jerarquías mundiales, gobiernos planetarios, los dueños del dinero.
En pocas palabras es lo que representa un poder tan inmenso como Black-
Rock, la CIA, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Reserva Federal y
Wall Street.
Son los Amos del Universo los que no quieren la reforma judicial. Ese es el
desafío. ¿O qué pensaban?
¡Deseándole un día maravilloso!
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