Tampico Brilla con Chucho Nader

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

En tiempos en los que se han olvidado los protocolos, la institucionalidad, el respeto a las jerarquías, los buenos modales, la corrección política, el respeto a las investiduras y la decencia, me dio mucho gusto asistir al tercer informe de gobierno del presidente municipal de Tampico, Jesús Nader Nasrallah, precisamente porque se atendieron todos esos aspectos que caracterizan a la buena política.

El acto de rendición de cuentas de la administración municipal tampiqueña, se celebró con el protocolo y la formalidad de una sesión extraordinaria de Cabildo, conducida de manera impecable por el presidente Chucho Nader, asistido por el eficiente Secretario del Ayuntamiento, que imprimió un ritmo ágil, preciso, prudente y muy correcto al desarrollo de la sesión.

Tras el pase de lista, la declaración de validez y apertura de la sesión, los honores a la bandera y al escudo de Tamaulipas, el alcalde porteño tomó la palabra para hacer el recuento de lo realizado en el último año de su gestión, de su segundo periodo trianual.

Lao primeros minutos de su intervención, los utilizó Chucho Nader para agradecer la presencia de sus invitados, en el orden que indica “el librito”, primero las autoridades civiles de mayor jerarquía, enseguida las autoridades militares, luego invitados, amigos y familiares. En la extensa lista de invitados especiales destacan los ex alcaldes de Tampico, los presidentes de los municipios vecinos, los presidentes electos de la zona conurbada, empresarios, ministros religiosos diputados, etc.

Mención oportuna y respetuosa tuvieron tanto la presidenta electa Mónica Villarreal Anaya, como el representante personal del gobernador, Alejandro Rabago.

Al entrar en materia, las palabras del presidente Chucho Nader tuvieron un acompañamiento audiovisual muy bien logrado, y lo digo porque ilustraban perfectamente las ideas y enunciados del orador, sin quitarles protagonismo y con una perfecta sincronía.

El detalle de cada una de las obras de infraestructura deportiva realizadas en la periferia de la Laguna, fueron el soporte para que Chucho Nader afirmara que logró la construcción de la mejor Ciudad Deportiva del Estado.

En la reseña de los éxitos del programa insignia de su administración, Tampico Brilla, mencionó que este año, como en los anteriores, Tampico recibió la presea Escoba de oro, que una organización española entrega a las autoridades de las ciudades más limpias. En este mismo renglón también mencionó que en Tampico funciona la única planta de transferencia de residuos sólidos del Estado.

Cerca de veinte mil nuevas luminarias hacen posible que también por las noches Tampico Brille. El mercado de la puntilla es otra de las obras a las que dedico un buen espacio en su discurso. Varios parques y plazas fueron remozadas, con el propósito de generar sitios de convivencia para la comunidad.

La ceremonia tuvo varios momentos muy emotivos, como cuando agradeció a su esposa por su trabajo en el DIF y por su acompañamiento, a su madre “por todo lo que has hecho por mi”, cuando saludó a su hijo y a sus hermanos y familiares cercanos. Se quebró la voz del presidente municipal cuando mencionó que tenía dos ángeles que lo cuidaban desde el cielo: su hija y su padre.

El último punto que desahogaron los integrantes del Cabildo de Tampico, fue escuchar las palabras del representante del gobernador “, Alejandro Rabago, quien leyó (bien) un texto muy sobrio y muy correcto, que sin embargo no dejó de tener el sello de la 4T, diferente al de la administración que concluye en quince días.

En el aplausometro y en las porras, me sorprendió y me dio gusto que mis amigos regidores Cuitlahuac Ortega y Alberto Sánchez Neri, estuvieron a a la par de los presidentes electo y en funciones.

La corrección política también se vio y se escuchó en las galerías, donde aplaudieron por igual a Chucho y a Mónica, sin que se emitiera ni una sola expresión de rechazo.

Deja muy alta la vara el presidente municipal Jesús Nader Nasrallah, que en varias ocasiones expresó su deseo de que le vaya bien a su sucesora, implícito en la esperanza de que Tampico siga Brillando.