Por Oscar Díaz Salazar
Cada semana, durante el show mañanero en el que han degenerado las conferencias de prensa del Bufón de Altamira, Armando Martínez, podemos ver las faltas de respeto del presidente hacia los regidores, que explican la reciente discusión acalorada del presupuesto del próximo año, cuya votación registró nueve votos de rechazo.
En las mañaneras, el Bufón de Altamira, con total deprecio de la figura y la autoridad de los regidores y síndicos, anuncia nombramientos de funcionarios, compromete inversiones, se autoriza viajes, ofrece apoyos de diverso tipo a ciudadanos y organizaciones, ofrece donaciones del patrimonio municipal, exhibe a los que no acuden a aplaudirle, promete obras y la prestación de servicios.
Haciéndose el gracioso, el Bufón de Altamira, ignora y ofende a los integrantes del Ayuntamiento, dando por hecho actos, inversiones, obras y compromisos que corresponde decidir a la asamblea que gobierna los municipios, en las que el presidente municipal es uno más y no el único.
«El Cabildo me va a apoyar para donar ese predio», «los regidores y síndicos van a autorizar la obra», «Fulanito de tal va a seguir al frente de la Dirección municipal», «voy a viajar al extranjero a la cumbre de asuntos sin importancia», estas son algunas de las expresiones que podemos escuchar en cada uno de los más de 150 capítulos del show semanal del Bufón de Altamira.
Así fue por los tres años del gobierno anterior y así continuó en estas cuatro semanas del nuevo gobierno, pero la semana pasada, el Bufón de Altamira recibió un aviso de parte del colegiado, en el sentido de que las cosas ya no serán como antes, como estaba acostumbrado, y que ya no serán testigos mudos de su monólogo y su gobierno personalista.
Nueve votos en contra, incluyendo algunos de su propio partido y/o coalición, son el primer mensaje para que corrija su actuación y para que entienda que ya no es lo mismo, porque los regidores y síndicos quieren, pueden y deben ser protagonistas y no sólo espectadores y escenografía del show del Bufón de Altamira, al que debo reconocer que es divertido, que es entretenido, especialmente cuando dice tonterías, cuando «se le chispotean» las palabras.
Como dicen en el ámbito de la farándula «el show debe continuar» y el del Bufón de Altamira promete ser muy divertido porque otros actores reclaman salir al escenario.