José Ángel Solorio Martínez
Duro golpe al grupo de los guachicoleros. Como dicen en la frontera: en el tronco de la oreja. Cuando, se esperaba que todo transcurriera como se había escrito en el guión, todo cambió. La candidata del hidrocarburo ilegal, la senadora Olga Sosa Ruiz, cuando se sentía precandidata única, cambió el escenario.
Así es.
El vuelco es sorprendente.
Iba sola en la carrera por la gubernatura.
Se le había construído el escenario a su medida; a Tamaulipas “le toca mujer”, por lo que la puntara era la sonrisa hueca, la sonrisa sintética, la sonrisa falsa, la senadora oriunda de Tampico.
Ya todo lo llevaban planchado.
En los municipios se daba una especie de discreta, y no tan discreta cargada.
Para ello, se requería tener un partido -MORENA- desarticulado, desmembrado, para imponer sin objeciones la candidatura de la Princesa del Guachicol. El paisaje sociopolítico, de vacío partidista era favorable para la la dama de la sonrisa, tan fingida como eterna.
La ausencia de la militancia, generaba un caos general que sólo beneficiaba a los más oscuros grupos políticos que se han apropiado de MORENA soslayando a la verdadera militancia que viene desde los días de combate de AMLO.
La visita del cuadro mayor del partido, a Tampico, Tamaulipas, Luisa María Alcalde Luján y el secretario de organización, Andrés Manuel López Beltrán, hizo renacer la esperanza en la militancia.
Fue un balde de agua fría para la Princesa del Guachicol.
López Beltrán, nombró como representante del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), en siete estados, -entre ellos Tamaulipas- a Renato Molina.
Molina tiene amplia trayectoria lopezobradorista. Vivió los momentos más álgidos de la oposición, cuando enfrentó el monumental fraude electoral que llevó al PAN y a Felipe Calderón Hinojosa a la espuria presidencia de la república.
AMLO, le dijo el 2016:
-Te vas a Tamaulipas.
Dijo Molina:
-Señor, no soy de Tamaulipas.
Respondió el entonces dirigente de MORENA:
-Precisamente por eso, te vas. Nadie te conoce.
López Obrador intentaba así acabar con la vieja cultura de venta de candidaturas y trafiques que realizaban los delegados de otros partidos.
Justamente cuando se empoderó en el partido y en el gobierno el grupo del guachicol, Molina fue retirado del partido.
Con Renato hay baraja nueva.
Trae la encomienda, de construir partido.
Para delinear candidatos fuertes.
Obviamente: en ese proceso, la gran perdedora es la Princesa del Guachicol.