José Ángel Solorio Martínez
LA LAMBISCONERÍA DE OLGA SOSA
Es el colmo de la genuflexia.
Es el exceso de la barbería.
Es el tope de la lambisconería.
Es el ejemplo, de lo que un senador de la república no debe hacer.
Tantos y tantos asuntos relevantes para incidir para bien, en la vida de los mexicanos y la senadora Olga Sosa poniendo el acento en propuestas tan irrelevantes como intrascendentes -estúpidas, es el calificativo correcto y adecuado- como llevar a la Constitución que a Claudia Sheinbaum, se le puede decir presidenta.
La princesa del guachicol, no halla de dónde colgarse para posicionarse entre los tamaulipecos. Ya su sonrisa -fingida- le pareció insuficiente para atraer simpatías, y ahora sus asesores -dentro de los cuales está Ricardo Gamundi- le dan geniales ideas para acercarse a la presidente Sheinbaum.
Cerebros grises de la derrota.
(Ya vimos los resultados de esos personajes en la frustrada campaña para hacer senados de la república a Eugenio Hérnandez Flores).
Suponen, Olga y sus amigos, que la lisonja llevada a lo grotesco puede funcionar para dar la imagen de cercanía con la jefa del Ejecutivo federal.
¿Acaso no hay otros temas más importantes para legislar desde el senado?
La inseguridad como por ejemplo.
Los impuestos que están agobiando a los ciudadanos tamaulipecos en una conducta rapaz de los alcaldes, quienes en un ánimo recaudatorio están incrementando los servicios públicos sin que alguien los defienda.
El hecho no sólo exhibe el oportunismo de la senadora Sosa; muestra a la vez, su estatura intelectual y su capacidad política, de secundaria o preparatoria.
Muy menor, a los atributos que exige el noble arte de gobernar.
Gobernar desde la izquierda, no es fácil.
Da pavor la eventualidad que Olga Sosa, llegue a la gubernatura.
(Van a pensar que todos los tamaulipecos, somos todos así de estólidos).
Estaríamos los ciudadanos de Tamaulipas, a un paso de hermanarnos con los nuevoleoneses que eligieron como gobernador al zafio de Samuel García. Nos pondría en camino del primitivismo democrático, jamás visto en nuestro estado.
Tendremos la oportunidad de llamar presidenta a la doctora Sheinbaum.
Grande orgullo.
Es tan pequeña la actividad neuronal de la guachicolera Sosa, que ella presumirá su importante trabajo legislativo.
Se sentirá orgullosa.
Muy dichosa.
Tendrá con que alimentar su sonrisa sintética.
Por el Senado, han pasado sujetos (a) ignorantes, personas silentes, tontos, necios…
…y Olga Sosa.