Por Oscar Díaz Salazar
Me permito compartir algunos comentarios sobre la selección de la señora Ninfa Deandar Martínez, propietaria del periódico El Mañana de Nuevo Laredo, como acreedora a la medalla y reconocimiento Belisario Domínguez, por parte del Senado de la República.
Me agrada que se reconozca a una editora o propietaria de un medio de comunicación impreso.
Me gusta que sea una tamaulipeca quien reciba este reconocimiento, y mas me gusta que sea de la franja fronteriza.
Me “cuadra” que la medalla se entregue a una mujer.
Me parece acertado que se reconozca a un personaje que desde su espacio contribuyó a hacer realidad el triunfo de la izquierda.
Me parece muy meritorio que en un ambiente tan hostil, tan alejado de la capital, tan aislado y con tanta influencia de los Estados Unidos, se siga dando la batalla en pro de las mejores causas.
Me parece que acierta el Senado de la República en reconocer que hay vida más allá de Indios Verdes, y que la sangre de los provincianos también tiñe de rojo.
Considero que en este año, con el reconocimiento a la señora Ninfa Deandar, se cumple a cabalidad con la esencia de esa presea, que es reconocer la valentía de quienes divulgan sus verdades y convicciones, aun en medio de presiones, amenazas y represalias para callar.