Por Mario Díaz
-Iniciativa de la senadora Olga Sosa para quedar bien con la presidenta Sheinbaum
-Senadores y diputados rasgan y remiendan la Constitución Política
-¿El cambio a presidenta incluirá “almiranta”, “estudianta”, “docenta” e “ignoranta”?
H. Matamoros, Tamaulipas.-Sin dejar de reconocer que se trata de una iniciativa orientada
a un objetivo claro y preciso, no se debe pasar por alto que las reformas a la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos deben ser de beneficio común y no para obtener
algún dividendo político personal.
Lo anterior viene a colación por la iniciativa aprobada por unanimidad en Comisiones y
con votación de 113 a favor y uno en contra en el pleno del Senado de la República
presentada por la senadora por Tamaulipas, OLGA SOSA RUIZ, para cambiar la última letra
“e” de presidente por la “a” de presidenta.
Es decir, por mandato constitucional si lo aprueba la Cámara de Diputados y al menos 17
congresos locales, en la Carta Magna definirá como presidenta a la jefe del Ejecutivo
federal.
De acuerdo a la senadora tamaulipeca “esto representa un hecho histórico para la vida del
México independiente y una justa reivindicación de las mujeres, que el pueblo de México
otorgó a la doctora Claudia Sheinbaum de dirigir el destino de nuestra gran nación y
estamos haciendo historia al reconocer en nuestra Constitución el lenguaje incluyente,
porque como lo dijo la presidenta, lo que no se nombra no existe y nombrar es visibilizar,
conocer y reconocer”.
La iniciativa de reforma constitucional pretende establecer en la Carta Magna la expresión
Presidenta de la República, Gobernadora y Presidenta Municipal, rompiendo las barreras y
reafirmando que las mujeres pueden ocupar cualquier cargo de la vida pública en el país.
Al respecto, la modificación al artículo 80 constitucional refiere que “se deposita el
ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión en una sola persona en lo individual,
que será la persona titular de la Presidencia de la República y se denominará, según sea el
caso, Presidenta o Presidente de los Estados Unidos Mexicanos”.
No obstante, vale la pena precisar que la Real Academia Española (RAE) afirma que tanto
“presidenta” como “presidente” son términos válidos para referirse a una mujer que
ocupa la presidencia. Sin embargo, la RAE sostiene que el uso mayoritario ha consolidado
el femenino específico “presidenta”.
Asimismo, de acuerdo a la Real Academia Española la palabra “presidenta” está
documentada en español desde el siglo XV y registrada en el diccionario académico desde
1803.
Por lo tanto, al margen de que, si en la Constitución se anota la palabra presidente y no
presidenta, es correcto referir al mandatario en turno de acuerdo al género masculino o
femenino.
Desde otra perspectiva, ¿realmente es prioritario cambiar una letra a la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos tan solo para agradar a la primer mujer
presidenta en México?
Otro natural cuestionamiento sería en el sentido de cómo se debe mencionar en término
femenino para definir a una mujer Almirante (¿almiranta?), a una mujer estudiante
(¿estudianta?, a una mujer docente (¿docenta?) o a una mujer ignorante (¿ignoranta?).
Una corriente de opinión sugiere que la senadora OLGA SOSA RUIZ exagera al señalar que
“el dictamen tiene el compromiso de llevar el lenguaje inclusivo al lenguaje público,
sembrando semillas de lenguaje incluyente para cosechar inclusión”.
Respecto al término presidente o presidenta, la Real Academia Española tiene registrado
el caso ocurrido el 20 de diciembre de 2019 en el parlamento argentino cuando el senador
JOSÉ MAYANS, jefe del bloque del Frente de Todos, llamó en repetidas ocasiones
“presidente” a la vicepresidenta de esa nación CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, quien
ocupó ese cargo del 10 de diciembre de 2019 al 10 de diciembre de 2023,
recomendándole que la llamara presidenta.
A diferencia de lo que sucede en México, ningún legislador en el parlamento argentino se
pronunció en favor de modificar la Constitución bajo el argumento del lenguaje inclusivo,
toda vez que, hipotéticamente, tendrían asuntos que tratar de mayor relevancia y
trascendencia.
Sea como fuere, la verdad es que la senadora tamaulipeca y ex secretaria estatal del
Trabajo “llevó agua a su molino” aprovechando a las mil maravillas el tema de moda
asociado al lenguaje inclusivo, lo que, por supuesto, muy seguramente le generó simpatías
de la presidenta SHEINBAUM PARDO.
Abusadilla desde chiquilla.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Entre otros cambios constitucionales “relevantes y trascendentes” para México y los
mexicanos se anota que, en lo sucesivo, la Cámara Alta o Cámara de Senadores se
denominará en lo sucesivo como Senado de la República.
También, que los “secretarios de Despacho” se denominarán “secretarías de Despacho” y
que “Consejero Jurídico del Gobierno” suplirá a la “Consejería Jurídica de Gobierno”.
Tal parece que se “quemaron los sesos” los ilustres representantes populares en el
Senado de la República.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx