EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tam.- Ante la inoperancia sindical, que más pareciera ser uno más de sus verdugos, trabajadores de la empresa Cal-Com Electrtonics del Parque Industrial Villa Florida, esta mañana pancarta en mano, más de cien trabajadores se manifestaron en contra de las acciones de los empresarios tailandeses.
Y donde está el dirigente Reynaldo Garza Elizondo, cuestionaron los propios trabajadores, cuando iniciaron su protesta en demanda de un alargamiento del asueto laboral o “cuarentena” porque cinco trabajadores, entre ellos cuatro sindicalizados allí porque no se han seguido las comisiones sanitarias que exigen los protocolos para frenar la incidencia del COVID 19.
En esta empresa manufacturera que genera 1,500 empleos, trabajan en condiciones insalubres, hacinamiento y presiones.
El lunes después de una protesta al exterior de la planta fueron boletinados y despedidos cinco trabajadores solo por tener el valor civil de exigir sus derechos ante la ausencia de líderes charros que para lo único que son puntuales son para cobrar sus cuotas que son descontadas de sus salarios.
Fermín Del Ángel uno de los trabajadores que este día exhibió su inconformidad dijo que en lo personal ni siquiera tiene el gusto de conocer a Reynaldo Garza, su dirigente, quien solo cuenta con un delegado sindical que es cambiado constantemente porque la gente inconforme les exige que los representen debidamente y aquel para lavarse las manos los cambia, pero los problemas continúan pues no se atienden de fondo sus problemas.
Lupita Ruiz, una de las empleadas despedidas en la víspera por expresar su descontento denunció que el grado de contaminación dentro de la insalubre empresa fue motivo para que el lunes se pronunciaran en demanda de mejores condiciones que les permitan trabajar sin riesgos, siendo eso motivo suficiente para que las lanzaran a la calle a ella y otros tres compañeros.
“Ni el lunes, ni este martes hizo presencia ningún representante del sindicato, ni mucho menos de la Federación de Trabajadores de Reynosa donde Reynaldo también es el mandamás, y no podemos esperar que “de oficio” acuda la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, pues ni siquiera la Comisión Estatal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (COEPRIS) ha acudido a hacer verificación alguna, o al menos que los hayan arreglado, o no los hayan dejado pasar”.
Con el pánico expresado en sus rostros los pocos trabajadores que apoyaron con su presencia, expusieron esta mañana su temor a correr la misma suerte de ser despedidos que sus compañeros, denunciando que las puertas de la empresa se atoran con candados y barrotes para impedir que durante sus horarios de trabajo salgan a expresar su descontento e impedir de paso que se haga la revisión por parte de COEPRIS.
A las 4.30 de la tarde de este mismo martes los trabajadores señalaron que realizarán otra manifestación donde denunciarán en forma directa a funcionarios de la empresa que están implicados en el maltrato y desobediencia a las medidas dictadas por la Organización Mundial de la Salud y que como en este caso han sido causa de la muerte de cinco trabajadores sindicalizados y de confianza.
