EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tam.- Derechos Humanos internacionales en Apoyo a Migrantes, Refugiados y Población en General, A.C., en voz de su presidente el licenciado Juan Carlos Abrego Gutiérrez, unió su voz a la de los familiares de un interno del Centro de Ejecución de Sanciones de esta ciudad, que pereció en extrañas circunstancias, denunciando que las autoridades del Servicio Médico Forense hasta esta noche 72 horas después del fallecimiento, aun no remitían los resultados de la autopsia que por ley deben haber practicado al occiso.
El dirigente del prestigiado órgano para la defensa de los derechos humanos, dijo A EL SINODAL DE TAMAULIPAS, que se trata del caso de Cristian José García Rodríguez, de 36 años de edad, quien se encontraba preso desde el año 2007, bajo el presunto cargo de homicidio y quien a pesar del desistimiento de la única persona que lo señalaba, jamás recibió la benevolencia del juez que lo había condenado a 30 años de cautiverio, pese al llamamiento de la fiscalía que ordenó en su momento la revisión de su caso.
García Rodríguez, debido a las malas condiciones de su encierro se había contagiado de tuberculosis y semanas atrás había egresado del CEDES, para ser atendido presuntamente de COVID 19.
Hace unos días suponiéndolo ya recuperado, había retornado a la penitenciaria donde la mañana de este domingo 31 de enero, sus familiares recibieron la noticia a las 9 horas, de parte de una indolente trabajadora social de nombre Elizabeth, que secamente les informó que su familiar había fallecido a las 6 de la mañana, aparentemente “de causas naturales”.
Sin embargo, internos y custodios hicieron llegar información a sus familiares en el sentido de que en su celda había huellas de violencia y que al parecer entre otras lesiones visibles el hoy occiso presentaba la fractura del tabique nasal.
La madre y hermana del joven presuntamente inmolado acudieron al Hospital General para efectos de exigir la certificación de las lesiones, pero como única respuesta horas después recibieron los restos incinerados de su familiar, no otorgándoseles el resultado por escrito del certificado de defunción donde se debe anexar el resultado de la autopsia de ley que se debió practicar al ahora occiso para determinar las causas de su fallecimiento.
Cabe mencionar que no es este el primer caso de homicidio que se registra tras las paredes del centro carcelario de Reynosa, amén de otras graves anomalías.
Cristian José, había denunciado a sus familiares que al ser reingresado al ergástulo recibía malos tratos de los custodios y que la comida se la arrojaban por debajo de la puerta, como si fuese un animal, bajo el argumento de que era portador de la enfermedad contagiosa.
El licenciado Abrego Gutiérrez, dijo hoy que ya armó un grueso expediente de denuncias que incluyen la elaboración de diversas actas que serán canalizadas en el trascurso de este día para que se brinde un informe pormenorizado de los hechos para deslindar responsabilidades.
