AL VUELO/ Por Pegaso

Opinión

 Guerra

Yo, Pegaso, en pleno uso de mis facultades físicas y mentales (Nota de la Redacción: Yo creo que nomás la mitad, y te vas de gane, Pegasiux de Petatiux), declaro solemnemente que durante todo el proceso electoral que culminará el 6 de junio no incurriré en eso que llaman “guerra sucia”. 

Con el término “guerra sucia” se conocía originalmente en México a un conjunto de medidas de represión militar y política encaminadas a disolver a los movimientos de oposición política y armada contra el Estado mexicano. 

La “guerra sucia” es considerada como una guerra de baja intensidad por algunos autores ya que a diferencia de lo que ocurre en otros países de América Latina, como Argentina, fue de carácter selectivo y bajo la cobertura de una prensa cómplice de los militares. 

La “guerra sucia” es un tema que en México es poco conocido por el grueso de la población debido a que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha ocultado o eliminado la información y tampoco se redactó en los libros de historia. (Wikipedia dixit). 

Ahora bien, en las últimas décadas con la frase “guerra sucia” se hace alusión a las acusaciones, verdaderas o no, que se hacen entre sí los candidatos o partidos políticos durante los procesos electorales, con el afán de manchar la reputación del contrario para ganar los comicios. (Pegaso dixit). 

Yo no quiero entrar en esos borlotes. 

El viernes pasado me citaron a una rueda de prensa en la sede del Comité Municipal del PAN donde el tema era una denuncia contra funcionarios de SEDESOL Municipal porque corrieron a una veintena de trabajadores por motivos políticos. 

Tal vez no recuerdan los mismos trabajadores que ellos, para ocupar esas plazas, tuvieron que haber desplazado a personas que laboraban con otro proyecto político diferente al suyo. 

Por eso, aunque asistí a esa rueda de prensa, no publiqué la información, y me negaré de aquí en adelante en incurrir en cualquier tipo de situación que pueda ser considerada como “guerra sucia”. 

No mancillaré mis blancas alitas con todo el excremento que se lanzan unos a otros, porque yo soy como el ave aquella que cruza el pantano y no se mancha. 

Observaré, sí, desde un pedestal, cómo se dirigen injurias, ofensas, insultos, dicterios, agravios, ultrajes, humillaciones, vejaciones y todo tipo de dicterios impublicables, pero no participaré de tales tropelías. 

Los partidos pueden hacer o deshacer, conforme a lo que les permita la ley, y ciertamente ganará el que cuente con más recursos económicos, humanos y tecnológicos, o como dice el viejo y conocido refrán, el que tiene más saliva traga más pinole. 

Estoy viendo que el voto ciudadano se polarizará en dos sentidos: Hacia MORENA y hacia el PAN. 

El PRI apostará al desgaste de los dos oponentes más fuertes para tratar de reconquistar los espacios perdidos, pero pienso que estará en chino. 

Por otro lado, los demás partidos políticos, o son comparsa, o realmente no pintan en estas elecciones. 

Que si a uno lo apoya el Gobierno Estatal, que si a otro el Municipal o el Federal, en verdad, en verdad les digo que va a ganar el que va a ganar. (Nota de la Redacción: ¿Otra vez estás leyendo a Nietzsche, caón?) 

Será un encontronazo de locomotoras, de donde van a saltar chispas y sí, habrá mucha “guerra sucia”. 

Yo desde ahorita les digo: No me meteré en tales triquiñuelas. No cuenten conmigo para ganar adeptos de esa manera. Si tienen propuestas, vengan a mí, que aquí encontrarán una inmejorable plataforma cuyo elevado fin será siempre el de orientar a la República y favorecer a la democracia. 

Venga pues el refrán estilo Pegaso: “Es incorrecto afirmar que por excederse en despertar al alba sobreviene el amanecer con mayor celeridad”. (No por mucho madrugar amanece más temprano).

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