El Fogón/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

En MORENA: take it easy…

 El proceso de selección de candidato a la gubernatura de Tamaulipas de la IV T, será terso, pacífico y aterciopelado. (Por eso resulta ocioso el llamado que hace el dirigente nacional, Mario Delgado Carrillo a los aspirantes de la región). No se ve una fisura, por donde pueda filtrarse la inconformidad de los caídos en esa lucha que concluirá -a decir del mismo Delgado Carrillo-, en el mes de noviembre del año que corre.

 ¿En qué juicios se basa esa afirmación?..

 1.- MORENA sigue siendo el factor mayoritario en las preferencias ciudadanas para el 2022 en Tamaulipas. Ese elemento, achica las posibilidades de que los derrotados en la justa interna por la candidatura, se escurran hacia otras opciones. Y mas cuando el lopezobradorismo saca varias cabezas de ventaja a sus opositores: ni aliados todos los partidos contra el partido guinda, lo meten en problemas.

 2- Los participantes en la reyerta por la candidatura -al menos los más potentes- tienen más que perder yéndose, que quedándose en su organización política. Américo Villarreal Anaya, es senador; esto le garantiza, permanecer en primera linea de la IV T, al menos hasta el 2024; Rodolfo González Valderrama, es director de la Secretaría de Gobernación y posee un capital político respetable, que no lo arriesgaría con un berrinche pos-elección interna; Héctor Garza González, lleva 18 años al lado del lopezobradorismo y no echaría por la borda ese privilegiado lugar por un enfado fundamentalmente menor si otro le gana la candidatura; Adrián Oseguera Kernión, trae en el morral muchos positivos: ha sido varias veces el mejor alcalde morenista del país, y otras más ha sido nombrado como el mejor presidente municipal de México dentro de todos los jefes edilicios de la nación, esas circunstancias -y su juventud- lo atan a MORENA por largos tiempos toda vez que aún tiene por lo menos, algunos 20 años de vida política en la comarca.

 3.- Los precandidatos morralla, tienen tan pocas canicas, que su salida de este partido movimiento, resultaría hasta saludable. En esta corriente, están varios de la picaresca política y otros de igual presencia en el estado.

 ¿Qué efectos tendría en MORENA si Maky se decanta por otro partido?

 Muchos positivos, poquísimos negativos.

 ¿Qué impacto resentiría el lopezobradorismo si Felipe Garza Narváez, opta por buscar otros aires diferentes a los del guinda para buscar la gubernatura?

 Ni uno negativo; muchísimos positivos.

 ¿Causaría movimientos telúricos en el morenismo si José Ramón Gómez, se va del partido del Presidente?

 Si se va, en MORENA habría fiesta. Aparte: sigue campante saqueando los programas federales en sociedad con varios sub delegados, como en San Fernando y Nuevo Laredo.

 Existen otros de menor calado -aunque no lo parezca, los hay-, que se mueven por el estado. De ellos, mejor ni hablar. Sería como afirmar que los Correcaminos, disputarán la copa América el próximo año; o decir: Xicoténcatl González, será el candidato del PAN a la gubernatura el 2022.

 En otras palabras: el pegamento que unifica en estos momentos a MORENA en nuestro estado, es el vigor y la contundente fuerza del Presidente, Andrés Manuel López Obrador.

 En palabras frías, crudas: quienes se escurran a otras opciones, estará confrontando al dirigente político con mayor consensos ciudadanos como no se ha visto otro desde la revolución del 1910-1917.

 Por eso: take it easy.

 La IV T, ya empezó.

 El 2022, si AMLO pone su ojo vigilante en Tamaulipas, se profundizará en la entidad.

 Si no, pues como dijo el cotorrito, cuando vio acercarse al hambriento gato:  “We have a problem…”