Apuntes de la visita al Congreso

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

Violentando el acuerdo de los líderes de las fracciones parlamentarias para limitar el acceso al pleno a las personas acreditadas por ellos mismos, el diputado panista Luis René «Cacharro» Cantú, hizo berrinche para que ingresara el ex titular de la Oficina de Prensa del Congreso en la legislatura anterior.

Aunque la ley señala que el recinto donde sesiona el Honorable Congreso del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas es inviolable, deambulaba por los pasillos un policía uniformado y armado con pistola al cinto.

El empresario que arrastra las masas (y las tortillas), Enrique Yáñez, retomó su tradición de colocar una manta en el balcón de la galería. Me informaron que Yáñez estuvo ausente del Congreso en las legislaturas que encabezaron los panistas.

En el grupo de Acción Nacional siguen dando muestras de su visión telescópica que los lleva a observar, preocuparse, ocuparse y discursear de temas nacionales, pero sin mirar y hacerse cargo de lo que ocurre en el ámbito local. A manera de ejemplo, les comento que por enésima ocasión salieron a ponderar las energías limpias y a condenar, en consecuencia, la contrarreforma eléctrica que se discute en el Congreso de la Unión, y que aún no llega, para su discusión, análisis y votación a los Congresos locales.

Me parece que no fue muy exitosa, para el grupo parlamentario de morena, la conferencia de prensa a la que convocaron para dar a conocer un paquete de iniciativas y reformas de ley, que en la sesión de ese mismo día se presentarían al pleno. Si no fue acción concertada para diluir algunos temas, de cualquier manera lograron el propósito de consumir el tiempo en una reforma relacionada con la violencia de género, y que pasara sin comentarios adicionales, la iniciativa para la austeridad en el gasto público.

El vicecoordinador de facto de la bancada de morena, Adrián Oseguera Kernion, que en sus ratos libres ejerce de presidente municipal de Madero, Tamaulipas, arribó al Congreso de Tamaulipas al término de la sesión de este día. Rodeado de una decena de acompañantes, arropado por otra decena de chalanes suyos de él, pero incrustados en la nómina del Congreso, y cuerpeado de media docena de diputados (también suyos de él) realizó una breve antesala (espera) en la oficina de la Junta de Coordinación Política. ¿A qué fue Oseguera a la Cámara? ¿A cerciorarse que sus diputados reciban las presidencias de las mejores comisiones? ¿A dar línea a sus diputados? ¿A acordar los temas que van a desahogar primero?

En principio me pareció que les estaban tomando el pelo a los diputados de morena que me hicieron la confidencia de que ya tenían muy avanzado los tratos para «jalarse» a varios diputados para su grupo parlamentario y que incluso muy pronto podrían regresarle la copa «copeteada» a Francisco N. La versión me pareció digna de crédito, al ver que trabaja muy cerca del líder JUCOPO, el señor Nacho Guerrero, chofer del Athos de la democracia, vehículo que con ser de lo más austero e incómodos, en el solían pasearse dirigentes políticos y opositores al régimen, que bajaban de lo más contentos del recorrido.

En resumen, de mi visita al Congreso de Tamaulipas me dio la impresión de que los diputados de morena, integrantes de una legislatura de la que mucho se espera, miembros de un grupo llamado a «hacer historia», privilegiados con la oportunidad de ser realmente diputados, los tienen entretenidos con temas secundarios, dejando transcurrir los plazos en los que se puede (y debe) hacer los trámites y gestiones necesarias para revertir las «aberraciones» que hicieron en los últimos meses de la legislatura anterior… Por supuesto que espero estar equivocado y que el tiempo me demuestre lo contrario.