Por Hugo Reyna/ EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tamaulipas.- Entre las polvorientas y sucias banquetas que están alrededor del Albergue de Guadalupe en la colonia Carmen Serdán, cada mañana de cada día se repite un mismo escenario, migrantes deportados o ansiosos de alcanzar el sueño americano, que hoy se ha convertido en una pesadilla al concentrar la mayor cantidad de decesos y casos de Covid 19 en el Continente.
Eso parece no amilanar el ánimo de migrantes que provienen de diferentes entidades del país y que arribaron a la frontera con la mira en ese objetivo- truncado ahora- por el endurecimiento en la frontera y que hoy obligados por la circunstancia transitan el tiempo en una espera angustiosa, abandonados a su suerte y sin mayor protección que la fe en una Virgen de Guadalupe que domina el paisaje de incertidumbre y zozobra por una emergencia sanitaria empeñada en hacerse vieja en la ciudad.
Luis Javier, es un hombre de mediana edad, proviene de Veracruz, y afirma que hace unas semanas dejó su empleo como vendedor de flores en la Calle Peatonal Hidalgo, intimidado por las autoridades que afanosas mandaron a todo mundo a la reclusión social a sus hogares para prevenir el riesgo de contagio.
-Yo vendía flores allá en el Centro, pero cerraron todo y no tengo trabajo, ahora ando de aquí para allá, durmiendo en la calle en donde se pueda, pues no hay más espacio en los albergues, hace unas noches sí pude entrar, pero cada día son más y más personas las que llegan, mire – y señala hacia el Albergue de Guadalupe- de ahí salen unos a regresarlos a sus casas, pero detrás de ellos vienen otros-, afirma.
Confía- mientras degusta una torta que le dieron unos voluntarios de un comercio- que cada día viene a este sector de la ciudad, deambula al igual que el resto, esperanzado a que la suerte cambie, pero no.
Las oportunidades son escasas y la suerte parece que aquí no cuenta, solo el aferramiento de continuar sentado al bordo de las aceras y aguardando que el Coronavirus o Covid 19, al igual que su destino los ignore y pase de largo.
SEREMOS LOS PRIMEROS EN CAER
Entre los muchos migrantes apostados por las calles de la colonia Carmen Serdán que deambulan sin ánimo, más que el de mantener una paciencia desesperante, ahí entre ellos vaga “David”, afirma tener conocimiento y habilidad en manejo de maquinaria para construcción.
“A que no imaginaba que sabía hacer algo”- ¿Verdad?- cuestiona al reportero con cierta ironía, como distanciándose del resto que apenas y la primaria han accesado o en el peor de los casos sin formación educativa alguna, solo deseo de salir adelante.
-Yo tengo 4 meses en Reynosa, y no he podido brincar pa’ allá ofrece obsequioso, y prosigue, todos los días veo como muchas personas pasan y se van, nosotros aquí seguimos, esperando no sé qué.
Expresa resignación cuando afirma: “Seremos los primeros en caer, esta enfermedad que dicen anda por ahí, nos va a llevar a nosotros, al cabo nadie notará cuando ya no estemos aquí”, asegura, emocionado y con evidente admisión del destino que depara.
“Nadie se ocupa de nosotros, andamos solos sin protección alguna, nadie desea saber de nosotros, mire, ni protección contra la enfermedad, andamos como echados al Mundo, abandonados y sin nada, por eso le digo- y parece enfocar la vista- seremos los primeros en caer, cuando esto se ponga más duro.