Por Oscar Díaz Salazar
Al sur de la mancha urbana de Reynosa, por la carretera a San Fernando, un poco antes de llegar a la garita del kilómetro 26, en el lado este de la carretera, se puede observar un tanque elevado y unas calles, en donde se pretendió ubicar un parque industrial. La infraestructura ociosa es un vivo ejemplo de dinero público tirado a la basura, por obras mal diseñadas, en las que antes de buscar un beneficio a la población, se pretende obtener beneficios particulares con las plusvalías.
El muy discutido asunto de la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México, es otro ejemplo en el que se buscaba lucrar con las plusvalías, más que resolver una necesidad.
El asunto de la plusvalía, para explicarlo en forma rápida y con bolitas y palitos, es cuando se lleva a cabo una obra que agrega valor a los predios colindantes, porque justifica la inversión (publica) en el tendido de líneas de agua, de drenaje, electricidad, gas natural, telefonía, y la realización de obras complementarias.
Regresando con los ejemplos locales, les puedo recordar el caso del hospital 270 del IMSS, construido muy lejos de la periféria o límite de la ciudad. Su lejanía explica la subutilización del hospital y también la renuencia de los médicos a laborar en un nosocomio que, por su ubicación, afuera de la ciudad, los expone cotidianamente a ser asaltados o secuestrados.
Frente a la clínica 270, en la margen oeste de la carretera, tenemos otro ejemplo de obras inconclusas y ociosas, en un inmueble donde se anuncia que, algún día, si muy lejano, va a funcionar un rastro tipo inspección federal. Por el tipo de actividad, matanza de animales, si se justifica la ubicación alejada de la población.
Les comparto esta información para contextualizar mi comentario sobre el dictamen de una comisión del Congreso del Estado, a favor de la donación de un predio propiedad del gobierno de Tamaulipas, a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, para destinarlo a la construcción de un campus universitario.
La confusa ubicación del dictamen me lleva a sospechar:
Son terrenos contiguos a los ranchos de los Cabeza de Vaca y testaferros, en donde se ubica el parque eólico.
Más que beneficiar a los estudiantes universitarios, se pretende ganar plusvalía en terrenos aledaños.
Esta muy lejano para los estudiantes.
Hay alternativas, como solicitar la donación del campo militar o las instalaciones de PEMEX, actualmente en proceso de donación al gobierno del Estado.