Lo rescatable de la elección de MORENA-Tamaulipas
¿Qué lecciones deja la elección de consejeros de MORENA-Tamaulipas?
Los positivos:
1.- Movilizó a importantes núcleos sociales quienes ingresaron a la vida partidista guinda, votando por sus representantes al congreso que elegirá a su dirigencia estatal.
2.- Se convierte en el partido de masas, más articulado en la región. Deja atrás al PRI. A partir del sexenio del gobernador tricolor, Eugenio Hernández Flores, –con la muerte de Rodolfo Torre Cantú– inició su declinación; a esa circunstancia, se sumó en el presente sexenio, su fatal alianza con el PAN, que lo redujo a una situación de guiñapo.
El PAN, ha sido más bien, un partido de cuadros; no de masas.
Miles de ciudadanos, optaron por sumarse al proyecto morenista olvidando viejas militancias y conservadoras ideologías.
3.- Inicia la institucionalización partidista de la agrupación guinda. Desde hace más de un lustro, ese partido no ha tenido un liderazgo legítimo y potente. Ha sido, un grupo de aventureros que saquearon los recursos sin pudor ni recato. No es exagerador decir que se movió como una institución dedicada a la venta de candidaturas y a la negociación discreta y no tan discreta con el panismo en el poder. Hay que recordar, las vergonzantes actitudes de sus dirigentes y de algunos diputados y diputadas –Edna Rivera, es un ejemplo fehaciente: votaba por el PAN, en el parlamento y al tiempo de rasgarse las vestiduras por AMLO–.
Hoy se está ante la posibilidad real, de ver un Comité Directivo Estatal (CDE) legítimo y operativo.
Se habla de que será una mujer la dirigente; y que será joven.
Sería lo idóneo: la vieja clase política dirigente morenista, se debe jubilar; ya le ha hecho mucho daño a su partido.
Pinta de cuerpo entero esa crisis y esa inoperancia de los añosos dirigentes, la absurda postura de su líder Torres, quien sigue desconociendo a Américo Villarreal Anaya como gobernador electo.
4.- Podría ser parte del instrumental político, de la IV T para aterrizar en el estado. El gobernador electo, Villarreal Anaya, requiere de aparatos y correas de transmisión entre su gobierno y la ciudadanía.
5.- Es inaplazable la articulación de una organización política con presencia y capacidad de conducción social, en la coyuntura que se configurará en la región el 2024. No es suficiente un buen gobierno; se requiere un articulado partidista, que accione directamente para hacer ganar a los candidatos morenistas desde la presidencia de la república, hasta el cargo de menor importancia en territorio tamaulipeco.
6.- El inevitable liderazgo político –por la naturaleza del cargo– que se le confiere a Villarreal Anaya, ayudará mucho a que MORENA tome el cauce de la unidad, el orden y la disciplina partidistas. No se verán escurrimientos masivos, pese a todas las fallas de la elección; que las hubo. La autoridad del Ejecutivo estatal, operará como elemento de cohesión al interior y al exterior del lopezobradorismo tamaulipeco.
Evidente: las quejas, seguirán siendo más estridentes que eficaces.
7.- Los elementos externos que echaron la casa por la ventana, para ser electos consejeros, aunque lo desearan, nunca podrán actuar –algunos lo han pensado: José Gómez Leal, (JR), Erasmo González y los hermanos Cantú Rosas: Carlos y Carmen Lilia– como contrapesos desde el partido, a Villarreal Anaya.
En corto, nos enteraremos, si MORENA será el esperanzador espacio, para la germinación de la simiente de la clase política de reemplazo, que exige todo el sistema de partidos de Tamaulipas.