Las últimas patadas del Cachorro
En política, no hay nada más desgastante, que una derrota indigerida. El PAN, insiste en seguir machacando con su discurso deslegitimador el triunfo del gobernador electo, Américo Villarreal Anaya. Los dirigentes azules, encabezados por Luis el Cachorro Cantú entraron en un callejón de alta complejidad: si se regresan, pudieran ser vistos por sus correligionarios como blandengues, y si siguen de frente, pueden se calificados por lo más sensato del panismo tamaulipeco, como suicidas (esto, en función de lo infructuoso que se avizora el trayecto que eligieron el Cachorro y sus huestes).
Una cosa, es dejar en manos del juzgado electoral, el desahogo de todas las pruebas y documentos que sustentan los agravios –es decir: seguir el curso de la calificación del proceso electoral, en forma institucional– y otra, es denostar a la autoridad electoral y al candidato ganador, con falacias y afirmaciones temerarias.
¿Por qué el discurso panista está cayendo en tierra infértil?
1.- El enorme posicionamiento de MORENA en Tamaulipas. Casi la totalidad de las encuestas pre y poselectorales, favorecían a Villarreal Anaya. Las proyecciones de esas mediciones, hacían pensar en la obtención de más de 800 mil votos para el lopezobradorismo y sus aliados. Esto, en relación a la extensa actividad de la izquierda regional para ratificar en el mandato al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la intensa movilización electoral en la lucha por la gubernatura.
Es decir: desde el inicio de la contienda, en el imaginario colectivo de la ciudadanía tamaulipeca, se configuró un triunfo contundente de Villarreal Anaya.
2.- Los aliados del PAN –PRI y PRD–, han tomado distancia de la ruta de choque poselectoral del panismo. Principalmente, porque no tienen nada que ganar en esa estrategia; en otro plano: tanto el priismo como el perredismo, son entes en agonía en un escenario que empezó a verlos con desdén desde que fueron en coalición con un panismo que ha agraviado a la sociedad de fea e insistente manera.
El tricolor, terminó siendo un partido cohesionado por obvios intereses y el partido del sol azteca, es un fiambre en el sistema de partidos del estado.
No parece haber salida para ese par: si van con el PAN, pierden; si se alejan del PAN, languidecen.
Dramático dilema.
En el paisaje desesperanzado que vive el panismo, aún en esa postura agónica del PRI y el PRD, pudieron potenciar la inconformidad del PAN en la narrativa de confrontación del Cachorro y seguidores.
No lo hicieron.
Esa táctica de amarillos y tricolores, hace percibir a un PAN, sin posibilidades y alejando de cualquier campanazo triunfal en los tribunales electorales.
3.- La resistencia del candidato panista, Truco Verástegui, a sumarse al plan del Cachorro y del PAN que representa, para insistir rabiosamente en la elección de AVA como gobernador. Sus participaciones en las conferencias de prensa, son medidas, cautas; no tienen, el tono rijoso y apocalíptico del líder Cantú.
El Truco, cuida lo suyo; protege, el capital político que representan mas de 600 mil votos en la entidad. Con ese tesoro en el bolsillo, puede revivir el 2024.
Se infiere, que pondera lo que representaría para él, embarcarse en la aventura del reynosense: llegar achicado al 2024 y dejar el paso libre a los aspirantes del sur tamaulipeco en las principales candidaturas en la región, que irán aparejadas a la presidencial.
¿Qué sigue?
Lo evidente: las últimas patadas de ahogado, del Cachorro.